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Conmoción en EE UU por la orgía de violencia en una cárcel de Georgia

Estados Unidos se ha visto sacudido estos días por las dramáticas acusaciones sobre una supuesta orgía de violencia en una cárcel del Estado de Georgia (sur del país) llevada a cabo por los guardias de la prisión contra los reos.La sangrienta pelea, que supuestamente ocurrió hace un año en la prisión de Hays State, al noroeste de Georgia, estalló después de que un funcionario de prisiones arrastrara del pelo a uno de los presos por el suelo de la cárcel.

Lo que siguió fue una refriega en la que los prisioneros, algunos de ellos esposados, recibieron patadas, golpes y fueron aplastados por los guardias. Más de 9 metros de una pared de hormigón quedaron cubiertos de sangre.

Entre los que aparentemente vieron e incluso aplaudieron la pelea estaba el comisario del sistema estatal de prisiones, Wayne Garner, viejo amigo y aliado político del gobernador de Georgia, Zell Miller. Garner y sus colegas celebraron después la jornada con felicitaciones y una cena especial.

Los que han desvelado esa orgía de violencia han sido un puñado de funcionarios de prisiones que tomaron parte en las peleas y que ahora parecen tener la conciencia intranquila. En los últimos días, han proporcionado testimonios que revuelven las tripas a cualquiera durante la celebración del proceso presentado en la corte federal por algunos de los reos.

El que más ha hablado ha sido Ray McWhorter, un teniente de la prisión. "Fue una maldita pelea de tiburones, y sabes cómo son los tiburones. Ven una mancha de sangre y allí vienen..."Preguntado específicamente por las manchas de sangre en la pared, Mc Whorter continuó: "Parecía como si alguien hubiese tirado un globo de agua, pero lleno de sangre, contra ella. La sangre salpicó de forma circular y goteó por la pared". Otra funcionaria, Phyllis Tucker, contó cómo vió a los reos aplastados contra la pared, algunos desnudos y sangrando. "Chorreaba sangre de sus caras", afirmó Tucker. También explicó que lo que describió Mc Whorter ocurrió cuando a un reo esposado le golpearon la cabeza contra la pared. "Escuché un sonido que me revolvió las tripas, un sonido que retumbó".

Aunque los partidarios del tratamiento duro hacia los criminales han aumentado en los últimos años, especialrnente en el profundo sur de Estados Unidos, estos acontecimientos sugieren una política de disciplina que ha cruzado la línea del abuso absoluto.

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Garner, que todavía recibe el apoyo público del gobernador, no tenía ninguna experiencia en la gerencia de prisiones hasta que fue nombrado comisario hace dos años. Se ha jactado en público de su política dura y una vez declaró que una tercera parte de los reos a su cargo, "ni siquiera son dignos de matar".

El pleito ha sido presentado en nombre de los reos por el Centro del Sur para los Derechos Humanos. Su director es Step hen Bright, que afirma que, "no resulta sorprendente que los condenados te cuenten estas cosas. Lo increíble es que los propios guardianes lo confirmen".

EL PAÍS / The Independent

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