El boletín "Cantad, Cantad, Malditos" enfrenta a los jóvenes cantautores

El boletín informativo Cantad, Cantad, Malditos, breve vehículo escrito que cuenta las inquietudes entre los nuevos cantautores establecidos en Madrid y los bares que frecuentan, se encuentra en el centro de una agria polémica. La inscripción del nombre en el Registro de la Propiedad ha enfrentado a los artistas Máximo García Benítez, por un lado, y a Rubén Buren, Sergio Sleiman y Pedro Herrero por otro. Entre uno y otros se cruzan acusaciones de infidelidad y mala fe, y en el centro de la polémica han colocado a terceros en discordia por firmar manifiestos de apoyo a unos u otros.La polémica se desató cuando el cantautor madrileño Máximo, que asegura que siempre sintió el nombre de Cantad, Cantad, Malditos como "algo de todos", comprueba en el registro que los otros tres cantautores se le han adelantado y que el nombre les pertenece, pues lo han registrado como programa de radio, como nombre de grupo y como soporte de portada de discos. Creyéndose que no podía seguir utilizándolo ni como cabecera del boletín, Máximo consigue la firma solidaria de un buen grupo de artistas para hacer un número especial en contra de Rubén, Sergio y Pedro. Éstos, por su parte, tras leer el boletín que les acusa de intento de apropiación de nombre, empiezan a contactar con los firmantes para expresarles su punto de vista y afirman que Máximo puede seguir sacando el boletín.

Muchos de los firmantes de apoyo a Máximo se replantean ahora su actitud, pues reconocen que firmaron con el, corazón.