Nueva Izquierda e IU

La obsesión anguitista, desde sus comienzos políticos, ha sido ser visceralmente antisocialista, en la línea leninista de denominarlos "socialtraidores" -como también denomina a los sindicatos-, que le lleva a un aislamiento grupuscular creciente, en oposición a la tradición de la izquierda española a realizar pactos de progreso. Este es el único camino.La prepotencia del PSOE en sus años de Gobierno, su abuso de autoridad, su no rectificación de errores ante la opinión pública, junto a la irresponsabilidad manifiesta de Anguita, están ofreciendo en bandeja los ayuntamientos, las CC AA y el Gobierno a la derecha, cuando unidos por 12 millones de votos son la mayoría social y política.

Nueva Izquierda es un problema político para el PCE, que debe resolverse mediante un debate en profundidad. El espíritu de confrontación permanente, el fundamentalismo político como norma, la limpieza de sangre... llevadas a sus últimas consecuencias por los puros conducen al atrincheramiento político, vano y estéril.

En Andalucía comprobamos con claridad adónde lleva esta política, la de Rejón, Alcaraz y ahora Romero, cuando el PCE-IU no supo hacerse con la ciudadanía andaluza en las últimas elecciones autonómicas, consiguiendo resucitar al políticamente moribundo Manuel Chaves.

Nueva Izquierda quiere ser, desde la democracia social y el radicalismo socialista, el partido de los movimientos ciudadanos, de la ciudadanía progresista. de este país, que defiende con ahínco las libertades que nos hemos dado contra los autoritarismos gubernamentales y de las direcciones de los partidos políticos tradicionales, contra los iluminados y contra los ortodoxos.

Apostamos por el pacto gallego de izquierdas, por el Olivo italiano, por la alianza de izquierdas francesas, por el nuevo laborismo británico, por la alianza SPD-Verdes alemanes, y aquí por una nueva Izquierda Unida en la búsqueda de un proyecto unitario. Porque nadie sobra en una Izquierda Unida plural.-