Los atracadores acusados de matar a hachazos a un tendero actuaban encapuchados, declaran sus víctimas
Los dos hombres y una mujer acusados de matar a hachazos a un tendero de Carabanchel el 18 de noviembre de 1994 se sentaron ayer por segundo día consecutivo ante el. tribunal de la Audiencia que les juzga. Con posterioridad a este crimen, cuya autoría niegan ante el tribunal, los procesados atracaron, presuntamente, varios bares y locales de la capital.Las víctimas testificaron ayerante el tribunal. Coincidieron en señalar que los atracadores eran tres personas (otros testigos sólo hablaron de dos; la chica solía quedarse fuera, en un coche robado, listo: ara la fuga) ataviados con pasamontañas y provistos de un hacha y una pistola.
La policía llevaba semanas siguiéndoles la pista. Tenían antecedentes y sospechaban que podían estar detrás de los atracos que se venían produciendo en esa época en la zona sur de Madrid. Tras detenerles, la policía ignoraba que también eran ellos los presuntos autores de la terrible muerte del tendero de Carabanchel, Felipe Gómez Pérez.
Tras ser detenidos luego de cometer un atraco en un pub, la chica, Julia González, se derrotó ante los agentes y culpó a sus dos acompañantes de fechorías (los hermanos Romualdo y Miguel Santiago Castro) de la muerte del tendero. Ella no intervino directamente en el crimen, ya que, según dijo entonces, solía esperarles en un coche mientras ellos cometían los robos. Entraron en la panadería porque ella tenía hambre y le apetecía un bollo. Idearon asaltarla sobre la marcha, según se desprende de la acusación del fiscal. Julia se ha retractado en el juicio de sus declaraciones anteriores y asegura que sus testimonios fueron inducidos por la policía.
Tras matar presuntamente al tendero, los acusados reanudaron su carrera delictiva el 15 de enero de 1995. Atracarón, (siempre con las mismas armas y rostro cubierto) en un bar de la calle de Isabela Soberana. Luego, cuatro días después, robaron un coche que utilizaron para atracar en un pub. de la calle de San Graciano (230.000 pesetas de botín). También atracaron otro bar situado en la calle de la Alhambra (otras 153,000, pesetas).
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