Dirigentes del PP catalán aseguran que Madrid recibía y centralizaba las ayudas del partido
Diferentes dirigentes del Partido Popular de Cataluña han asegurado a este diario que el control de las finanzas ha estado centralizado tradicionalmente por el aparato del partido en Madrid. Tras conocerse la existencia de posibles aportaciones financieras de Javier de la Rosa al PP, a raíz de la publicación de algunas cartas enviadas por el dirigente conservador Enrique Lacalle al financiero entre 1989 y 1993, dirigentes dé ese partido afirman que durante ese periodo la dirección catalana nunca discutió sobre la financiación de la organización, que estaba en manos de la dirección nacional del partido.
Algunos de estos dirigentes consultados tan sólo han podido recordar durante esos años una reunión de la ejecutiva del partido en Cataluña en la que se hiciera referencia a cuestiones financieras, concretamente un informe sobre el presupuesto anual.De otra parte, ayer continuó la tormenta política desatada por las cartas de Lacalle. El primer secretario del PSC, Narcís Serra, emplazó al PP y a CiU a explicar ante la opinión pública qué hay de verdad y qué de mentira en las acusaciones de que ambas formaciones políticas fueron financiadas por De la Rosa. Serra rechazó implícitamente la petición formulada ayer por el presidente de Iniciativa per Catalunya (IC), Rafael Ribó, de llevar este. asunto al Parlament Catalunya y al Congreso; en lugar, el líder socialista dijo que prefiere que sean los propios partidos afectados los que tomen la iniciativa de dar explicaciones. Serra consideró que estas acusaciones son "un paso más en la larga cadena de descalificaciones dirigidas contra los partidos políticos por parte de personas enfrentadas a la justicia por la presunta comisión de delitos comunes y que. han gastado parte de sus fortunas en él intento de sustituir los mecanismos democráticos."
El presidente de IC ha pedido ya las respectivas comparecencias del presidente del Gobierno, José María Aznar, y del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en el Congreso y en el Parlamento catalán, respectivamente, para informar sobre la presunta recepción de fondos de De la Rosa. Ribó indicó que la presunta financiación irregular de partidos por De la Rosa es un asunto "que aparece y desaparece como el Guadiana" y pidió transparencia ante la posibilidad de que haya "formaciones políticas e instituciones bajo el chantaje de las estrategias de defensa" de De la Rosa.
La diputada del Partit per la Independència (PI), Pilar Rahola, declaró que Lacalle debe dimitir de su cargo de delegado del Estado en el Consorcio de la Zona Franca, si se demuestra que sus campañas electorales se financiaron de forma irregular.
Fernández Díaz declaró ayer que en 1991 no "tenía ninguna responsabilidad" en el PP de Cataluña. Sin embargo, la correspondencia de Lacalle se remonta a 1989. También negó haber estado en el despacho de De la Rosa.
Las cartas
Las cartas de Lacalle forman parte de una documentación que, según diversas fuentes, De la Rosa hizo llegar al Gobierno. El receptor inicial, según esas fuentes, fue Francisco Marhuenda, jefe de gabinete del ministro para las Administraciones Públicas, Mariano Rajoy. Marhuenda es amigo de Lacalle y del secretario de Estado para las Administraciones Territoriales, y presidente del Partido Popular de Cataluña durante una parte del periodo al que se refiere la correspondencia de Lacalle, Jorge Fernández Díaz. El destinatario final de los documentos era, según afirman personas conocedoras de esos movimientos, el ministro de Economía, Rodrigo Rato. Marhuenda, que reconoció la existencia de contactos con De la Rosa, ha negado haber recibido de él ningún documento, así como haber entablado algún tipo de negociación.Las mismas fuentes sostienen que el momento de máxima actividad de De la Rosa con esa correspondencia se sitúa en tomo a las fechas inmediatamente anteriores al 27 de febrero pasado, día en el que la juez de la Audiencia Nacional Teresa Palacios convocó una vistilla para decidir medidas cautelares contra el financiero por el caso Torras-KIO. Tras la vistilla, la juez impuso a De la Rosa una fianza de 400 millones de pesetas, que cubrió después de solicitar una prórroga.
En una carta fechada el 13 de mayo, Lacalle explica a De la Rosa: "Como el tema de ponerse de acuerdo con Madrid habrás visto es complicadísimo, te agradecería que si no tienes inconveniente, la ayuda complementaria de lo que me ha dado Madrid, me la dieras directamente en Barcelona". En el mismo documento afirma: "Tú me hablaste de 50, para tu información me han dado 20". Otros dirigentes del partido, sin embargo, han señalado que Lacalle se montaba sus propias campañas municipales al margen de la estructura financiera general del partido.
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