Camarón

El próximo miércoles 2 de julio, se cumplen cinco años de la desaparición de Camarón de la Isla. Está de más recordar que Camarón se ha convertido en mito y en una leyenda que supera al tiempo. Era la insignia del flamenco. Muchos se acercaron a este arte sólo atraídos por Camarón.No era sólo un artista flamenco, era mucho más. Se había convertido en un fenómeno sociológico. Los que iban a sus conciertos, iban a ver a Camarón y nada más, y eso era así hasta el punto de que no volvían a otro espectáculo flamenco hasta que él no volviese a actuar. Nadie, antes, ha significado lo que él. Los gitanos se ponían sus galas mejores para ir a verle y en sus caras había auténtica idolatría. Los aficionados han hecho de él un verdadero genio.

El flamenco futuro deberá beber de Camarón, pues, sin duda, él se ha convertido en estandarte del flamenco de puertas abiertas. Ahora bien, Camarón revolucionó el flamenco, pero partiendo desde la esencia de lo jondo y desde la más genuina pureza. Aunque muchos han querido emularle, él era único. Su cante es auténtico, transmisor, es emocionador, conmovedor, es cante que se ve y hasta que nos lacera y lastima. Por otro lado, su voz nos golpea y, al mismo tiempo, nos acaricia. Camarón murió, pero no su voz. Es imposible. Su voz permanecerá siempre con nosotros y eternamente nos traspasará de los sentimientos más hondos. Sirvan estas líneas como homenaje a tan genial artista. Y recordar a Televisión Española que si, con motivo del primer lustro de su desaparición, nos quisiera deleitar, rescatándolo de sus archivos, con un programa especial en su honor, seríamos miles los aficionados al flamenco que lo agradeceríamos profundamente.-