Corazón blanco, corazón lelo
Al ver la fotografía que ilustraba el artículo del dominical dedicado a la caza en Picos de Europa me golpeó la cara una imagen injusta y provocadora: un famoso periodista mostraba ufano en sus manos el cuerpo de un pobre cervatillo que había matado, sin duda con grave riesgo para su vida, a lo "película de Clint Eastwood".La mirada del animal muerto contenía más vida que aquella otra que desafiaba al objetivo de la cámara. La mirada del cazador cerraba el círculo que reivindicaba su dominio, su fuerza, su superioridad; el círculo que comenzaba en su fusil (automático, súper, telescópico, retroalimentado, por lo menos) y en su suprema vanidad.
Conociendo sus aficiones se explican muchas cosas: los oyentes de radio tambien estamos indefensos ante otros disparos,- la divina misión extiende sus tentáculos de chapuza, mediocridad e incompetencia. Aleluya.-
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