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Nueva Izquierda duda de la sinceridad de la respuesta de Anguita a la oferta de diálogo de los socialistas

Diego López Garrido ni Cristina Almeida ni Isabel Vilallonga creyeron ayer en la sinceridad de Julio Anguita a la hora de aceptar la llamada al diálogo efectuada por el nuevo secretario general del PSOE, Joaquín Almunia. Que conste que no es un problema de sinceridad, es una constatación de lo paradójico que resulta que el coordinador general de Izquierda Unida (IU) acepte abrir conversaciones con los socialistas, mientras "a quienes siempre hemos apostado por el diálogo se nos expulsa y anatemiza a Esquerda Unida-Esquerda Galega precisamente por haber llevado a la práctica esta idea de la unidad y el diálogo". Son estas las razones que todos los que intervinieron ayer en un acto de Nueva Izquierda (NI) esgrimieron para poner en duda las buenas intenciones de su coordinador general.Apenas 48 horas antes de que el consejo político de IU refrende las sanciones de expulsión de los dirigentes de NI y de sus diputados, esta formación reunió en un hotel de Madrid a un buen puñado de "amigos y simpatizantes". No hubo ni reproches agrios ni siquiera lamentos por lo que pudiera ocurrir mañana. Sólo el intento de hacer llegar a la dirección de IU el "disparate" que supone en pleno proceso de unidad de la izquierda actuar disciplinariamente contra ellos. -

Ni siquiera se culpó a IU de la crisis actual. López Garrido repartió las culpas entre esta formación y el PSOE, al que acusó de haber mantenido una actitud prepotente y una política de casa común contraria al respeto de la pluralidad de la izquierda. Y a IU la culpó de haber desarrollado la "nefasta teoría de las dos orillas".

Cristina Almeida, que defendió derecho como diputada a no votar contra los sindicatos, se preguntó cómo era posible que Anguita mantuviera las sanciones y el boicoteo económico y político a los gallegos y a la vez aceptara públicamente un posible acuerdo de unidad con los socialistas. "Tampoco somos tan malos, ¿no?", dijo Almeida, que aseguró que el diálogo sólo puede estar "dentro de cada uno". "Es una actitud", afirmó, "y no depende ni de Correos ni de pólizas", en referencia a la exigencia de Anguita para que Almunia se dirigiera a él por escrito.

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