En tierra de nadie
La caída de Wall Street en la tarde del lunes obligó a los inversores españoles a olvidarse por algunos momentos de la tendencia de los tipos de interés, lo cual resultó beneficioso para el mercado. En la apertura se descontó la cuota correspondiente a las crisis nerviosas que desatan los movimientos incontrolados de Wall Street, pero la ausencia de volumen demostró que fueron más los intentos que ventas reales los que machacaron las cotizaciones.El dinero, que este año no es un bien escaso en el mercado, absorbió todo el papel hasta dejar la sesión en tablas, más por algunas incógnitas planteadas por el Banco de España con su decisión de repetir el precio del dinero y afirmar luego en su informe que la inflación estará el año próximo por debajo del 2%, que por la reacción de Wall Street ante un planteamiento imposible de Japón. La cuestión ahora es saber cuándo bajará el Banco de España los tipos de interés o si, a pesar del nivel de la inflación, la rentabilidad de las emisiones españolas ha tocado fondo a nivel internacional.
Y no hay que olvidar -la propuesta japonesa es muy ilustrativa- que la presencia de inversión extranjera tiene mucho peso en las finanzas de cualquier país. Los analistas deben valorar en Io posible los porqués de esta decisión del banco emisor cuando todo va, aparentemente, bien. El mercado neoyorquino dio ayer un vuelco. y recuperó 153,80 puntos, para cerrar en 7.758,06.
