Anguita pide a Almunia por escrito la oferta de diálogo en la que no cree Izquierda Unida
Julio Anguita, coordinador general de IU, respondió ayer a la oferta de diálogo y de unidad de la izquierda formulada por el nuevo secretario general del PSOE, Joaquín Almunia. El líder de IU exigió que la oferta le sea enviada "por carta, como siempre hacemos en nuestra organización". La presidencia federal de IU se mostró ayer sin embargo escéptica en cuanto a la posibilidad de abrir conversaciones con los socialistas.
Al final, todo dependerá de Correos. Julio Anguita lo dijo ayer, al menos, por dos veces: "IU espera el correo". Hablaba de la oferta para configurar un frente progresista efectuada el domingo por Joaquín Almunia en la clausura del 34º Congreso del PSOE. Todo hay que hacerlo por escrito. Y luego, ya se verá. Se trata de guardar las formas. En la presidencia federal, la mayoría de sus miembros dejó claro que no creía en la sinceridad de la oferta de diálogo.Y eso que a Anguita le gusta la expresión de unidad de la izquierda. Una cosa es que tenga su fe puesta en ella y otra que aún poniendo su fe en ella coincida el sentido que él da a esa expresión con el sentido que le da Almunia.
Se lo dijo a los periodistas: "Unidad de la izquierda, ¿para qué?". Y él mismo se respondió: "¿Unidad de la izquierda para acabar con el paro? Entonces, sí. ¿Unidad de la izquierda para un consejo económico y social con representación autonómica? Entonces, sí. ¿Unidad de la izquierda para desarrollar la Constitución? Entonces, sí". Y así hasta siete veces. De todas maneras, y por si acaso, Anguita advirtió que lo que "se ha aprobado en el congreso no es muy estimulante". No hay que negar que estuvo suave y sereno ante los periodistas, sobre todo si se compara con la actitud que esa misma mañana la presidencia federal había mostrado, respecto a la posibilidad de abrir diálogo con el PSOE.
Aparentemente puede entenderse como un problema de desconfianza. Pero en realidad es un rechazo categórico a cualquier oferta de unidad que no salga de la propia IU.
"La punta de lanza"
Ninguno de los representantes de la mayoría -PCE, fundamentalmente- cayó en la tentación de prestar ni la más mínima credibilidad a las palabras de Almunia. Alguno incluso, como Felipe Alcaraz, advirtió para que no se le olvidara a nadie que a pesar de su aparente disposición al acuerdo Almunia había sido "la punta de lanza" contra IU y más concretamente contra Anguita.Todos dudaban ayer de las resoluciones aprobadas en el congreso del PSOE. Gaspar Llamazares -coordinador de Asturias- anunció que no lo veía claro y Manuel Monereo -PCE- confesó ante sus compañeros que tampoco tenía "una gran opinión sobre el nuevo equipo socialista".
Dos voces se dejaron oír a favor del PSOE. Y las dos marcadas por la disidencia: Anxo Guerreiro (Esquerra Unida-Esquerra Galega), que hizo notar que desde Suresnes era la primera vez que el PSOE utilizaba el plural hablar de frentes progresistas, y Juan Berga, de Nueva Izquierda, que intentó aprovechar la oferta de Almunia para que IU aceptara, junto con los sindicatos, reabrir las mesas de debate que ambas organizaciones habían creado hace unos meses. Ni modo. Las buenas intenciones no van a empedrar en este caso los órganos de dirección de IU.Si Anguita fue claro con los periodistas, fue cristalino ante los miembros de la presidencia. Él no cree en la posibilidad de unidad con el PSOE. Porque, así lo dijo, "Felipe González en el debate del estado de la nación confesó estar de acuerdo con la política de Aznar. Así, antes de nada, que Almunia diga si en esto está o no de acuerdo con Felipe González". Y dio un argumento más: Está convencido de que "la cruzada contra la derecha no tiene sentido". "No sirve de nada", dijo, "ir contra Aznar o contra el PP. Hay que ir contra la política de la derecha". En definitiva, lo que vino a decir es que si unos y otros comparten la misma política ¿para qué sirve la unidad si no se cambian antes las cosas? Dicho eso, Anguita también advirtió que en cualquier caso nada de frente electoral, que sólo sirve para legitimar el pensamiento único.
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