_
_
_
_
GENTE

ATAJO TEOLÓGICO

Pietro Aglieri, considerado como el número dos de la Mafia, después de Totò Riina, detenido el pasado 6 de junio en una casa en la que tenía, además de un altar, un auténtico arsenal de vírgenes, estampas y libros píos, y en la que se dedicaba a tallar crucifijos de madera, ha pedido a los jueces que le permitan estudiar teología. El boss, responsable de varios asesinatos y protagonista de primer orden del tráfico de cocaína con los colombianos, sufrió ya alguna crisis mística tras su detención -dicen que pasaba largos ratos arrodillado en la celda- Ex seminarista, conocido en la Cosa Nostra como u signurinu, el señorito, por sus trajes de marca y sus modales refinados, tenía en la clandestinidad, al parecer, hasta un capellán propio, un fraile ahora buscado con lupa, que le decía misa en su escondite dos veces por semana y le absolvía de vez en cuando sus pecadillos de nada. Los deseos de sabiduría teológica del hombre al que se acusa de haber provoca do la explosión que acabó con la vida del juez Paolo Borsellini y de los miembros de su escolta no parece que vayan a ser aten didos. Aglieri está incomunica do en la cárcel y ni los investigadores ni las autoridades eclesiásticas sicilianas tienen claro si sus arranques de piedad res ponden a una estrategia o a que se haya verdaderamente caído del caballo camino de Damas co. La abogada del boss mafioso, Rosalba di Gregorio, ha dicho a su cliente que quizá pueda hacer el curso de teología por correspondencia y luego ha informado a la galería, de forma conmovedora, de que es muy probable que Aglieri se de dicara a la beneficencia en sus largos años de huida de la justicia. Con esto que dicen los teólogos últimamente de que el infierno existe, pero está vacío, porque incluso los ateazos y desaprensivos varios van al cielo, este capo de la Cosa Nostra ha debido de animarse a coger el atajo y está haciendo currículo a base de leer la Biblia y darse golpes de pecho. Ante la posibilidad de que llegue a la gloria antes que los demás, que somos unos santos, y ni asesinamos jueces ni disolvemos niños en ácido ni nada, dan ganas de abandonar la vida de virtud. Total, luego -dicen los teólogos- hay amnistía general.-

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_