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BALONCESTO EUROBASKET 97

Todos conta Yugoslavia

Robert Álvarez

Puede sonar a desdén, pero Zeljko Obradovic, seleccionador de Yugoslavia, después de que su combinado perdiera ante Grecia uno de los primeros partidos de preparación para el Eurobasket 97 afirmó que, de hecho, para él lo realmente importante es construir un equipo con garantías para luchar contra el dream team en el Mundial que se celebrará el año próximo en Atenas. Es como si al actual campeón le viniese tan estrecho el Europeo que no le importan siquiera las importantes bajas que sufre. Pero aun así Obradovic sabe que su equipo es el máximo favorito. "Esperamos que cuando contemos el año próximo con Divac, Tarlac y Stojkovic podamos plantarles cara a los americanos", sentencia el ya ex entrenador madridista, Zeljko Obradovic.Varias de las grandes estrellas que pueden brillar en el Europeo han jugado esta campaña en España, y entre ellas dos de los mejores yugoslavos, Djordjevic y Bodiroga. Junto a ellos estará Danilovic, que ha puesto punto, y probablemente final, a su etapa en la NBA. El alero yugoslavo ha dejado Estados Unidos para firmar el contrato más oneroso de Europa por el que su ex equipo, el Kinder de Bolonia, le pagará unos 350 millones de pesetas anuales.

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La selección italiana, después de una fase de preparación con resultados intachables -ocho victorias en ocho encuentros ante equipos como Rusia, Yugoslavia y Grecia-, aspira a borrar su mala imagen de los últimos tiempos. Su equipo, dirigido por Ettore Messina, espera mucho de un jugador cada vez más fiable y con mayor carisma como Carlton Myers junto a algunos elementos que no han extraído nunca lo mejor de ellos mismos en la selección, como Coldebella, Pittis y Abbio, un pivot cotizado como Fucka y el refuerzo bajo tableros del estadounidense nacionalizado Dan Gay.

Otro combinado con justificadas razones para la revancha es el de Rusia. Cuenta con varios jugadores de un talento indiscutible, pero que pegaron el gran petardazo hace dos años en Atenas al perder el tren olímpico después de ser derrotada en cuartos de final por Lituania. Alexander Gomelski, presidente de la Federación Rusa, ex entrenador de la selección, tomó entonces el micrófono en la sala de prensa para echarle en cara al seleccionador, Serguéi Belov, "la tragedia" que había causado. Ahora, el equipo ruso posee sobre el papel suficientes recursos para asegurarse un puesto en el podio. Faltará que la aparente frialdad e individualismo de sus jugadores, entre los que están Mijailov, Karasev, Babkov, Fetisov y Kisurin, sea efectivamente esta vez tan sólo aparente.

Otro equipo con aspiraciones y que ha completado una gran renovación en sus filas es el griego. Sigalas, Rentzias, Alvertis y Ekonomou empiezan ya a llevar el peso de un grupo sin complejo alguno. Lituania, sin Sabonis ni Marchulenis pero con Karnisovas y una nueva generación de jugadores y con un papel más decisivo para Einikis, también se añade al grupo de los numerosos aspirantes a los puestos de honor. Otro equipo con aspiraciones legítimas es Francia. Séptima en Atenas, la selección francesa tira de un colectivo muy renovado con Bonato al frente. Alemania, vencedora hace cuatro años en Múnich, recupera a Harnisch y cuenta como casi siempre con cuatro torres de más de 2,12 metros.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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