Los jemeres rojos anuncian por radio el fin de la "traición" de Pol Pot
La suerte de PoI Pot, el hombre que dirigió los destinos de Camboya en una de las más terribles dictaduras que ha conocido la historia, sigue siendo un misterio. Los jemeres rojos que han desertado de sus filas anunciaron ayer el "fin de su traición", en un mensaje captado por radio desde Bangkok. "Hemos resuelto perfectamente la situación", señalaron los jemeres rojos en su comunicado, sin añadir más detalles. Así daban a entender que han detenido -quizás ejecutado- a su líder histórico, que huyó hace varios días de su campamento en la jungla camboyana después de asesinar a varios de sus hombres.Las noticias sobre esa supuesta captura, sin embargo, no fueron confirmadas por el Gobierno, que ha reclamado la detención de Pol Pot con vida para poder sentarlo ante un tribunal internacional. El representante de la ONU en Phnom Penh se ha reunido ya con las autoridades de Camboya para hablar de los preparativos de un posible juicio, ya que éstos creen que la captura es inminente.
Según sus informaciones, Pol Pot intenta huir hacia la frontera tailandesa con un puñado de seguidores, después de que le hayan abandonado del 95% de sus tropas. Con 69 años, el dirigente maoísta de Camboya entre 1975 y 1979, un período que se zanjó con dos millones de víctimas en los campos de la muerte, parece abocado a su fin.
Desde las elecciones celebradas en Camboya en 1993 bajo supervisión de la ONU, unos comicios a los que los jemeres rojos dieron la espalda, comenzaron las deserciones en una guerrilla que seguía operando en muchas partes del país. Unidades enteras dejaron las armas, sobre todo en el centro de Camboya, para integrarse en el Ejército o en la vida civil.
Sin embargo, en terreno fronterizo con Tailandia, dos bastiones de jemeres rojos seguían en pie, resistiéndose a las ofensivas lanzadas por el Ejército entre 1994 y 1996. Desde ahí, Pol Pot perdió toda coordinación de sus acciones a escala nacional, y las fuerzas dispersas fueron negociando con el Gobierno su entrega de armas o un modus vivendi sin violencia.
Anoche en la capital, Phnom Penh, se produjeron enfrentamientos con armas pesadas entre los partidarios de los dos primeros ministros del país, el príncipe Norodom Rabariddh y Hun Sen. En los combates, que incluyeron fuego de mortero, murieron tres personas.
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