Las demandas de los 'barones' del PSOE superan las plazas de la nueva ejecutiva

El futuro del vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, se encuentra a cinco días del comienzo del congreso federal en un callejón sin salida, por lo que está asegurada una asamblea bronca y de enfrentamiento. El final del número dos, en cualquier caso, es previsible, dada la mayoría abrumadora de felipistas que elegirán la nueva ejecutiva. Aunque el asunto Guerra ha consumido muchas energías, el debate ahora es otro. Empiezan ya a manejarse candidatos para completar la nueva dirección, y las aspiraciones que le llegan a Cipriá Ciscar, secretario de Organización, rebasan con mucho las plazas disponibles.

De momento hay pocas plazas libres. Pero en el último momento del congreso es posible que se abran huecos si los guerristas mantienen su amenaza de no estar en una ejecutiva en la que Alfonso Guerra no sea el vicesecretario general. "No podemos con nuestra presencia legitimar la exclusión de Guerra", decía un miembro de ese sector, a sabiendas de que puede haber alguna "fuga". Ya con ironía se comenta entre los partidarios del aún vicesecretario que "ha comenzado la búsqueda del guerrista a lazo".El presidente andaluz, Manuel Chaves, argumentó ayer que la continuidad de Guerra no es trascendental. Las intenciones del actual aparato y de la mayoría de los secretarios regionales sí caminan, en cambio, por la senda de incluir en la nueva dirección a guerristas como Juan Carlos Rodríguez Ibarra, Francisco Fernández Marugán, Matilde Fernández y Josefa Pardo. Pero el presidente extremeño, Ibarra, ha dicho que no cuenten con él si Guerra no está.

Además, las exigencias de algunos barones que consideran imprescindible su presencia tapará la renovación de caras.

El secretario de organización del PSOE, Cipriá Ciscar, conseguirá previsiblemente en la reunión que hoy mantendrá con los secretarios regionales del partido la aceptación unánime de crear un Consejo Político Federal en el que estén los 17 cabezas de esas federaciones más Ceuta y Melilla. Si las cosas no cambian, esta presencia asegurada de barones en el nuevo órgano no impedirá que algunos estén también en la ejecutiva.

Joan Lerma, secretario regional de los socialistas valencianos, Ramón Jáuregui, líder de los vascos, Manuel Chaves, por Andalucía, y Narcís Serra, primer secretario de los socialistas catalanes, son nombres seguros para estar en la nueva ejecutiva. Bien porque ellos mismos se autoimponen o porque sus federaciones no les dejan dar un paso atrás. La presencia del castellano-leonés Jesús Quijano dependerá de él mismo. Si deja su hueco, las posibilidades de llenarlo las copa el diputado leonés José Luis Rodríguez Zapatero.

De ese grupo de barones que estaría en la ejecutiva, el primero que recibirá la oferta será Juan Carlos Rodríguez Ibarra, aunque no parece que vaya a cambiar de opinión y, por tanto, rehusará. Sí podría formar parte del Consejo Político Federal.

Algunos ex ministros, por otra parte, han manifestado también su deseo de estar en la nueva ejecutiva y de momento no han obtenido respuesta. Juan Alberto Belloch ya se ha retirado de la carrera al ser consciente de que no deben alterarse los estatutos del partido, según los cuales nadie con menos de dos años de antigüedad puede ocupar los máximos puestos. Belloch cumplió un año de militante el 1 de mayo.