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FÚTBOL SEGUNDA DIVISIÓN

El Salamanca coge el ascensor

El equipo salmantino consuma su regreso a Primera con una goleada al Alavés

El Salamanca completó el curioso cambio de tomas que se ha producido en el fútbol profesional. Un año después de que los charros y el Mérida se cayeran de la Liga de las Estrellas, éstos han vuelto a recuperar su sitio. Y se lo usurpan precisamente a quienes cubrieron sus vacantes: Hércules y Logroñés. El Salamanca acalló la tarde de transistores con una victoria inapelable. Ganar le bastaba para encontrarse de nuevo en Primera, pero no se conformó con un simple triunfo. Se dio el gustazo de enloquecer a sus 9.000 acompañantes en el campo vitoriano de Mendizorroza con una borrachera de goles.Desde que Andoni Goikoetxea llegó al banquillo del entrenador del campo del Helmántico, se propuso el ascenso como objetivo único. Algo obvio. Pero además lo unió a otra condición para él indispensable: ser respetuoso con el fútbol y cariñoso con el balón. Ayer, en un partido de alto voltaje y apto para la racanería, siguió fiel a su librillo Ni un gorrazo, ni un pase sin sentido. Demostró que la generosidad en fútbol no está reñida con la efectividad.

El Salamanca utiliza conceptos propios de equipos de Primera, como el ritmo, el atacar al primer toque. Sabe marear el balón y también al contrario, sobre todo si se tropieza con un equipo tan primario como el Alavés. El partido debió resolverse antes, pero hubo que esperar al descuento de la primera parte para que llegara lo inevitable, un gol del Salamanca que descubriera las abismales distancias entre un equipo que asciende y otro que sólo piensa en la ducha. Hasta entonces, un ejercicio de acoso a la portería de Armando, extrañamente incluido en el once titular del Alavés. Vellisca, por la izquierda, abanderó las acometidas visitantes. Sus compañeros también buscaron el gol desde las distancias largas. Sin embargo, ninguno de sus cañonazos dieron en la diana. Tampoco Serrano lo consiguió en el lado contrario. Estuvo cerca, cuando se vio con el balón en el círculo central y a Aizpurúa adelantado, pero su disparo no entró.

En esto que suspiraba la primera parte y apareció el artista del Salamanca, Giovanella, y dio el gol que decidiría un ascenso. Con el gol en el zurrón, los charros se tranquilizaron. Y más aún cuando enseguida Giovanella, otra vez él, marcó el segundo. El resto fue tiempo de la basura, para asimilar el trago del salto a Primera. El Alavés pasó a ser un mero espectador, con la vista ya en la próxima temporada.

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