Gallardón aconseja a Aznar no distraerse con la crispación y que venda sus logros
Sus palabras y gestos son observados con lupa, especialmente en su propio partido, pero Alberto Ruiz Gallardón, el presidente de la Comunidad de Madrid, no se retrae. El líder del PP madrileño recurrió ayer, como otras veces, a los mensajes indirectos para aconsejar al Gobierno que preside José María Aznar que no se "distraiga" ni despiste con a "crispación" política y que se centre, "como los buenos corredores de velocidad", en su pista y deje de mirar a los competidores. El ministro de Trabajo, Javier Arenas, definió al PP como "partido de gobierno" y aludió al PSOE para prometer que él jamás pedirá un voto a cambio de una pensión.
El presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, se convirtió ayer en el primer dirigente destacado del PP que admite públicamente y sin eufemismos que en España vivimos una época de "crispación". La doctrina oficial impuesta en el PP es denominar a la crispación "ruido" o "bronca" y achacarla, en cualquier caso, a una provocación de los socialistas. Gallardón consideró, sin embargo, incluso "un acierto de la prensa" definir este periodo como de "crispación".Ruiz Gallardón recordó ante 700 dirigentes madrileños del PP y algunos miembros del Gobierno de Aznar la estrategia habitual entre los mejores velocistas en la prueba reina en el atletismo: "Los buenos corredores de velocidad nunca miran a la calle de al lado". Luego explicó un poco la metáfora, aventuró que en las próximas semanas y meses aumentará "la crispación" y apuntó que "un Gobierno cuando hace las cosas bien no puede caer en ese elemento de distracción y tiene que centrarse en hablar y explicar lo que va bien".
El mensaje parecía evidente. Por si había dudas, Ruiz Gallardón precisó: "Nosotros tenemos que hablar del equipaje de nuestro éxito, de los logros, no podemos distraer la atención ni caer en esa trampa". Eso sí, consideró "razonable" que el PSOE ahonde en ese clima de crispación.
El ministro Javier Arenas, preguntado por el posible doble sentido de las palabras de Ruiz Gallardón, se limitó a señalar que no había apreciado ninguna posibilidad de interpretar ese discurso como una indirecta que le afectase.
Arenas adoptó la posición oficial del PP. El ministro elaboró, en sintonía con el último argumentario ideológico del PP, una teoría sobre como debe portarse un "partido de gobierno".
Arenas ensalzó, en el balance del primer año de Gobierno de Aznar, la labor de tres ministros, el de Interior (Jaime Mayor Oreja), el de Economía (Rodrigo Rato) y él mismo. Y ahí repescó los últimos datos de afiliación a la Seguridad Social (335.000 desde marzo) para resaltar que "se está creando empleo".
El ministro contrarrestó el empeño en crear "ruido" de los socialistas con la realidad económica del país y con que los pensionistas ya no están intranquilos. "Nunca una campaña electoral será ya igual", añadió en referencia a las acusaciones del PSOE en el pasado sobre el peligro de las pensiones con un Gobierno de la derecha. Y apostilló con un compromiso: "Que lo sepa el PSOE: yo nunca les pediré [a los jubilados] un voto por una pensión".
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