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IU cierra filas en torno a Anguita y ataca al PSOE, al Grupo PRISA y a otros medios de comunicación

Izquierda Unida cerró ayer filas en torno a Julio Anguita y contra Nueva Izquierda. En un mitin en Madrid, el coordinador general arremetió contra Nueva Izquierda, los medios de comunicación -a los que llamó discípulos de Goebbels-, los socialistas y el Grupo PRISA. Anguita aprovechó para defender el derecho de IU a "pactar" con quien le dé "la gana" y vio imposible la unidad con el PSOE. También denunció una "operación entre Felipe González y su aliado, EL PAÍS", para causar el cisma de la coalición valiéndose de NI y alardeó de que gracias al apoyo de IU al PP en la ley del fútbol -"el del PP a nuestra propuesta", matizó-, "todos podréis ver el partido más importante y el evento cultural más significativo".

"Aquí hemos venido a cerrar filas. Que nadie especule". Franco González, que había sustituido en el lance a Pablo Castellano, del Pasoc, aclaró lo que ya se sabía: que el mitin de ayer, montado de forma precipitada y al que asistió Nicolás Redondo, ex secretario general de UGT, tenía como objetivo cerrar filas en tomo a Julio Anguita y refrendar públicamente las sanciones a los miembros de Nueva Izquierda (NI).Convocada a golpe de teléfono _"vendrás a solidarizarte con Anguita el domingo, ¿no?"-, la cita en el cine Palafox se convirtió en un enfervorizado apoyo al secretario general del PCE y en un auto de fe plagado de gritos y amenazas contra los disidentes y de descalificaciones a los medios de comunicación, a los que se acusó de utilizar técnicas goebbelianas [en referencia al lugarteniente de Adolf Hitler]: "Han repetido la mentira hasta hacer que parezca una verdad".

El propio Anguita aseguró que se recordará en el futuro el "mitin del cine Palafox" como punto de inflexión en IU. Y se recordará, sin duda. Pocas veces las llamadas "a la serenidad, a la paciencia y a la tranquilidad" realizadas por Francisco Frutos (PCE) y Anguita han tenido una intención tan contraria a lo que significan esas palabras. "Calma", pedía Anguita en referencia a Nueva Izquierda;

ya sé que queréis oír lo de la expulsión, pero hay que hablar". Y el público, una buena parte, sé desgañitaba: "¡Expulsión! ¡Expulsión!". "Que no haya insultos", pedía quien aquella misma mañana llenaba los diarios con calificativos como "estómagos agradecidos, traidores y sinvergüenzas".

Es verdad que Juan Francisco Martín Seco y, sobre todo, Isabelo Herreros (Izquierda Republicana) pretendieron una intervención política. Vano intento. Allí se había ido a otras cosas. Por ejemplo, a dar una fortísima pitada a Ángel Pérez, coordinador de Madrid, que aguantó como pudo el tirón.

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Y en esto llegó Anguita. Habló de los medios de comunicación. Y habló, sobre todo, del Grupo PRISA. Explicó el voto de IU con el PP en la ley del fútbol. Que no era el apoyo de IU, sino el apoyo del PP a IU -"IU es soberana y pacta con quien le da la gana", argumentó-. Y aclaró cuáles son los objetivos políticos de IU con esta ley. Y dijo: "Gracias a Izquierda Unida se ha garantizado que tengáis acceso a un partido importante... y a actos culturales", añadió tras un brevísimo silencio. "Gracias a ese voto no tendréis que tener dos aparatitos [por los descodificadores] en casa y se acaba con el monopolio de un grupo económico de presión sobre los medios de comunicación. Gracias a IU, el Estado no va indemnizar a nadie por la aplicación de esta ley". Gran ovación.Remató Anguita: "Retroactividad. Se quejan de la retroactividad. ¿No es retroactividad que a un trabajador que empezó a trabajar con unas condiciones de jubilación se le cambien esas condiciones con el Pacto de Toledo". Seguramennte olvidó que el Pacto de Toledo fue suscrito también por IU, pero su olvido no le robó nuevos aplausos. Y no se quedó ahí: Anguita lanzó una amenaza: "Presentaremos un proyecto de ley contra los monopolios en la comunicación".

Y a partir de ahí, una cascada de "todo lo que he tenido. que aguantar en esta semana: la operación más indigna, más zafia, más infame que he sufrido en mi vida, a través de medios de comunicación que han utilizado métodos goebbelianos repitiendo mentiras hasta que parecieran verdades".

Ya de paso, se lanzó a la yugular del PSOE. A "desmontar" las llamadas a la unidad, la idea del "juntos podemos". Aseguró que "Felipe González, con su aliado EL PAÍS", había preparado "una operación" para provocar "el cisma en IU" utilizando a Nueva Izquierda y para que el PSOE volviera a gobernar.

Anguita negó todo. El pasado, la muerte y la libertad. "No existe el pasado", dijo, "no existe la muerte ni existe la libertad. Existen hombres y mujeres muertos y existen hombres y mujeres libres. Lo demás es metafísica".

Lejos del Palafox, en la localidad barcelonesa de Mollet del Valls, Rafael Ribó, presidente de Iniciativa per Catalunya (IC) y socio de IU en el Parlamento, respondía a Anguita. Un dirigente político, dijo, "nunca puede llamar traidores o infiltrados a sus propios compañeros". Y añadió que el quid de la cuestión es la necesidad de que IU "se sitúe en las coordenadas de luchar contra el PP y no en ir en contra de los sindicatos y de la mano de la derecha en las votaciones sonadas".

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