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Anguita advierte a Nueva Izquierda que en IU no caben los que hacen de la discrepancia guerra civil

RODOLFO SERRANO Julio Anguita, coordinador general de IU, dio ayer por inútil cualquier intento de acuerdo entre la dirección de IU y Nueva Izquierda y advirtió que en la coalición no hay sitio para "los que convierten en guerra civil as discrepancias internas". Nada frenará que se despoje de sus cargos a los dirigentes le Nueva Izquierda, pero como partido no e le apartará, al menos de momento, de IU. Rosa Aguilar, recogiendo el sentir de la mayoría, exigía a "los compañeros" de Nueva Izquierda -y especialmente a su secretario federal, Diego López Garrido- que se plantearan su permanencia en IU.

No hay posibilidad de acuerdo. Julio Anguita lo dijo ayer, cuando alguien insistió en si todavía era posible la concordia. "Está todo hablado", concluyó. Para justificar su determinación y, sobre todo, la decisión que pudieran tomar los órganos de dirección de IU, habló Anguita de los principios fundacionales de IU. Y citó a los fundadores. Curiosamente, los tres primeros nombres que él citó ya no están en IU o van a dejar de estarlo pronto: Gerardo Iglesias, Nicolás Sartorius y Cristina Almeida. "Yo no estaba", reconocía. "Yo estaba en Córdoba".Al margen de la apelación a los órganos de dirección, él mismo avanzaba que en IU no hay sitio para los que "convierten la discrepancia interna en guerra civil", dijo refiriéndose expresamente a Nueva Izquierda. ¿Y cuándo? "Déjenme que yo administre mis tiempos y mis silencios". "Hay que dar su tiempo al trámite procesal". Lo dijo "desde la serenidad" y "desde la firmeza".

Habló de lealtades al proyecto. De los que rompen los acuerdos de la mayoría, de la necesidad de atajar la indisciplina. "Pero yo no digo nada", aclaraba. "Será la Ejecutiva del lunes la que tendrá que tomar una decisión". Si él no lo dijo, para eso estaba Rosa Aguilar, que en Radio Nacional acusó a Diego López Garrido, líder de NI, de deslealtad. "Debe plantearse su propia coherencia de estar en una organización con la que no comparte nada".

Anguita definió el pecado de Nueva Izquierda: no estar de acuerdo ni con la postura oficial en la ley del fútbol ni con la reforma laboral. Hizo Anguita un recorrido por esta larga semana. Y aclaró: "Hablarnos desde la serenidad y la firmeza que nos da el actuar desde la razón". La razón en lo que se refiere a la ley del fútbol está en que IU ha evitado la concentración de medios que es "perniciosa porque lleva a la manipulación y a graves faltas en la deontología profesional", aseveró.

Más claro. Según Anguita, durante estos días "nunca" ha "visto tanta manipulación, una manipulación que ha sustituido a la honesta profesión de informar". Pero él -lo dijo varias veces- no quería hablar de estas cosas. Él quería hablar de Francia y de la unidad de la izquierda. "Saludo de forma clamorosa lo que ha ocurrido en Francia", dijo Julio Anguita. Pero, ojo. Lo de Francia nada tiene que ver con lo de este país. "Si a mí me vienen con un acuerdo como ése, firmo ya. Los socialistas franceses han pedido perdón por sus errores y han asumido reivindicaciones de la izquierda". "Así lo firmo ya", aclaró. Nada que ver con el PSOE. Aquí no sólo no han pedido perdón. Es que no han reconocido sus culpas en el GAL.

Tuvo Anguita momentos líricos en su prólogo. Apeló al pueblo, a ese pueblo "lleno de soledad y de angustia". "Ese pueblo que nos necesita", enfatizó. Y en esa necesidad basó la decisión de no cambiar la política de IU. "Girará sobre su propio eje".

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