Avenida

Avenida de Guadalajara, perdón, de Montecarlo. Estoy asombrado con la importancia que ha adquirido para nuestras autoridades municipales mi calle, durante tantos años olvidada al igual que sus vecinos; ahora quieren olvidar también su nombre. A mí me es imposible olvidar, ya que sigo viendo a diario las enormes cicatrices que dejaron la marginación, la droga, el abandono institucional y una descabellada política de realojamientos en esta calle durante 15 años, algunas irreparables, o de muy difícil reparación: vecinos que perdieron algún miembro de su familia, otros que siguen teniendo algún hijo o hermano drogodependiente.Pero también persisten otras cicatrices pese a ser fácilmente reparables: han desaparecido zonas verdes, estanques, zonas infantiles, bordillos; sólo quedan las ruinas de las techumbres de las aceras, se caen los árboles porque nunca se han podado, muchos tramos de aceras están enterrados por 8 o 10 centímetros de tierra o barro, hay farolas sin registros, con cables al aire, etcétera. También el Ayuntamiento nos niega servicios esenciales, hasta la simple limpieza viaria, con la excusa de que el Ivima aún, y después de 22 años, no, le ha transferido el barrio VI. Esta situación es sobradamente conocida por nuestros munícipes que tan preocupados están por el nombre de la calle y saben que después de muchos años de quejarnos a ellos los vecinos de esta calle hemos presentado una queja que está tramitando el Defensor del Pueblo.

Por todo lo anterior, ruego al señor Álvarez del Manzano que nos dote de las infraestructuras de que carecemos, nos rehabilite físicamente nuestra calle, nos dé los servicios que nos niega, nos trate como al resto de los ciudadanos de Madrid y nos deje con nuestra memoria y nuestro nombre, que nosotros intentaremos rehabilitarlo con nuestro comportamiento futuro si se n os da la más mínima oportunidad.-