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El león domado

La banca extranjera no logra superar el 12% del mercado español tras casi 20 años de implantación

El león no era tan fiero como lo pintaban. La banca extranjera, que cumple el próximo año dos décadas de su implantación operativa en España ,no ha superado el 12% ni en cuota de mercado (tanto en créditos como en depósitos)ni en beneficios, aunque en algunos ejercicios lo han superado de forma coyuntural para luego retroceder. La llegada de la banca extranjera, sin embargo, metió presión a la nacional, introdujo nuevos productos y elevó la competencia en un sector que dormitaba en las sábanas de unos márgenes desconocidos en los mercados exteriores.A casi 20 años, la banca española ha generado el músculo suficiente para respirar "relativamente tranquila" ante la llegada del euro.

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El parachoques de la red

Los 45 bancos extranjeros, entre filiales y sucursales, que operan en España obtuvieron durante 1996 un beneficio neto de 45.200 millones de pesetas, lo que representa el 11,3% del total del beneficio del sector, según los datos de la Asociación Española de Banca (AEB), la patronal del sector.

El 23 de junio de 1978, siendo ministro de Economía el hoy presidente de la AEB, José Luis Leal, y vicepresidente de Gobierno Fernando Abril publicaba el Boletín Oficial del Estado el real decreto 188 / 78 que autorizaba la implantación de bancos extranjeros, tras salvar algunas reticencias de la gran banca española. Hasta ese momento y desde los años veinte operaban en el mercado español Crédit Lyormais, Societé Générale de Banque, Banco de Londres y América del Sur y Banco Nazionale del Lavoro.

Temor

Las autoridades económicas españolas de la transición mostraron su temor a la entrada de banca extranjera y así lo reflejaron en la legislación. Las fuertes limitaciones operativas del real decreto obliga ron a las entiades foráneas a operar exclusivamente en el negocio de banca al por mayor. Podían abrir tres oficinas como máximo y no debían superar el 40% de sus inversiones en crédito a empresas españolas. Además, al no contar con red se veían obligados a acudir al mercado interbancari a por recursos financieros para operar.Cuando llega la banca extranjera, los bancos y cajas españolas apenas contaban con productos que ofrecer a los clientes. El primer banco que llega es Bank of America, el 17 de febrero de 1979. En ese mismo mes se autoriza la entrada de otros 10.

La banca extranjera irrumpe con fuerza en el negocio. Ofrece créditos a tipos de interés variable y se convierte en el gran suministrador de créditos a grandes empresas e instituciones públicas. Llenó el hueco que dejaba una banca de inversiones poco desarrollada. Es el periodo de los grandes créditos sindicados, que hoy recuerdan los analistas como algo superado. Hasta el 30 de mayo de 1987, la legislación no se iguala para entidades españolas y extranjeras.

Al comienzo de los años ochenta el interés de varios bancos extranjeros por contar con red de oficinas en España es aprovechado por el Gobierno español para colocar bancos en crisis. Por ejemplo, en 1980 la BNP adquiere la Banca López Quesada. Un año después Barclays compra el Banco de Valladolid y en 1983 el primer banco norteamericano, Citibank, adquiere el Banco de Levante. Estas tres entidades cuentan ahora con redes que superan el centenar de oficinas.

Las 36 entidades extranjeras que operan en 1984 alcanzan un 8,9% de la cuota del mercado y generan algún nerviosismo entre los bancos españoles. En el primer semestre de 1984 los beneficios de los bancos extranjeros se incrementaron un 75%, hasta los 9.200 millones en total. Pero ese año sufren el primer tropezón, al dispararse los tipos de interés en el. mercado interbancario.

El año aciago llegaría en 1987, cuando los tipos de interés siguen al alza y se produce la suspensión de pagos de Fecsa, la mayor registrada nunca en España, que pilla a varios de los principales bancos extranjeros en España. No obstante, en 1988 la banca extranjera logra copar el 14% del mercado español aunque los añalistas coinciden ese año en afirmar que ha tocado techo.

En 1990 comienzan las primeras deserciones: First Chicago Continental Illinos, Chemical Bank y, un año más tarde, First Interstate cerraban o vendían su negocio en España. Estos abandonos coinciden con la llegada del poder amarillo.En octubre de 1990 el Banco de España autorizaba la apertura de oficinas de Dal Ichi, Tokai y Fuji Bank que se unen al Sanwa Bank, anteriormente instalado.

La crisis de los primeros años noventa, con la depresión de 1992 y 1993, ha dejado a la banca extranjera con encefalograma casi plano. El grupo francés Crédit Lyonnais batió el récord negativo. Había comprado en 1990 al Banco Santander sus filiales Banco Comercial Español y Banca Jover, por unos 30.000 millones, para disponer de una red de 200 oficinas y presentó en 1994 unas pérdidas cercanas a los 14.000 millones de pesetas.

En el otro extremo está Deutsche Bank. Tras comprar el Banco de Madrid en 1993 a Banesto, logró superar el billón de activos y una red de más de 300 oficinas. También el Arab Banking, que controla el Atlántico, cuenta con 271 oficinas, aunque no está claro su futuro. La última deserción sonada fue la de Natwest en 1996.

A las puertas del curo, los depósitos de todos los bancos extranjeros que operan en España suman 3,5 billones de pesetas, menos de lo que tiene un gran banco español. El pasado año, de las 14 entidades bancarias que presentaron pérdidas en España, ocho son filiales o sucursales de bancos extranjeros.

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