El Espanyol se salva del descenso automático
El Espanyol ganó su primera guerra en un partido inesperadamente violento pero ante un Logroñés autodestructivo. El equipo de Sarriá quedó a salvo del descenso automático a dos jornadas para el final pero la inflación galopante en la zona de promoción obliga a vivir al día. Le falta un último acelerón al Espanyol. Ayer hizo patente de nuevo la entereza y ascendencia que le ha inyectado Paco Flores, su técnico milagro. No perdonó ayer el equipo blanquiazul las flaquezas de un rival absolutamente fuera de órbita, un farolillo rojo que desde hace un par de jornadas ya está en Segunda. El Logroñés apareció por Sarriá con las manos en los bolsillos y la intención de recrearse en su antepenúltimo partido en Primera. Presto para la goleada.
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