"Las fuentes del Botánico tienen el azul del mar que nos falta"
Annus M. Este era el poco convencional título de una colección, al tiempo hermosa e inquietante, de 45 cuadros que, a través de sus luces, sombras e insinuaciones, pusieron de relieve cuán parecidos son los temores que robaban el sueño al hombre en el año 1000 y los que ahora, a las puertas del tercer milenio, si gueninundándo nos de una pro funda desazón. Su autora, la leo nesa Charo Carrera, ya había mostrado su talento expresivo con los tonos azules, verdes, ocres y anaranjados en algunas exposiciones colectivas en Paris o Bruselas, pero con este Año 1000 Madrid hizo hueco hace unas semanas, por primera vez, a su sugerente mundo de preguntas de difícil contestación. "El miedo y el caos lo dominan todo, el hombre apenas acierta a comprender los conflictos que le rodean y, en último extremo, le invade un profundo sentimiento de culpabilidad", razona esta atormentada licencia da en Bellas Artes, de 37 años, vecina de Tetuán. En su agenda, dos nuevas exposiciones en otros tantos centros culturales madrileños, esta vez so bre aquellas "ideas fosiliza das" que, aun con el paso de los siglos, siguen en vigor: machismo, racismo, incapacidad de comunicación.Pregunta. O sea, que seguimos poco más o menos como hace un millar de años. ¿No es ése un balance un tanto sombrío?
Respuesta. Hombre, ha habido muchos adelantos, comenzando por esa asombrosa historia de la ovejita clónica. Sin embargo, continúan presentes los virulentos choques de ideas, los fenómenos naturales que no acabamos de explicarnos o las diferencias sociales muy acentuadas. En el fondo, seguimos necesitados de un asidero: eso representan los peldaños, barrotes, ventanas o nebulosas de mis cuadros.
P. De verdad, sin rodeos: ¿por qué tantos pintores hablan de lo complicado que es exponer en Madrid
R. Porque es así. Muchas galerías mantienen una línea muy determinada, inmovilista, y se partirían de risa si les llevaras tu obra. En otros casos sólo se preocupan por cobrar al artista una cantidad muy elevada por el alquiler de la sala. Muchas veces salir adelante termina dependiendo más de tus habilidades como relaciones públicas que de tu talento: frecuentar presentaciones, regalar cuadros o intentar toparte con tal o cual crítico. Hay que seguir, pese a todo; coger un pincel acaba por convertirse en una necesidad vital.
P. ¿Cuál es la luz más hermosa que ha encontrado en la capital
R. Mi gusto por el color proviene de las horas y horas que he pasado en la catedral de León. Sin embargo, he encontrado en Madrid un espectáculo para los ojos de un esplendor casi igual: el Jardín Botánico, en otoño, tiene los colores más hermosos de toda la ciudad. Sus dorados y sus ocres son el mejor decorado para pensar en pintura.
P. ¿Y, en esta primavera resplandeciente de la ciudad, dónde están los haces de luz que más le atraen?
R. También me quedo con el Jardín Botánico, pero más en concreto con sus fuentes. Tienen el color azul verdoso y las transparencias de ese mar que le falta a Madrid.
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