El Compostela se dio una fiesta

El Compostela deleitó a su afición con 45 minutos de buen fútbol, después de despojarse de la tensión que supone estar luchando por evitar el descenso. Con su victoria de ayer se asegura un año más un puesto en la Primera División de forma ya definitiva. El Espanyol se vio superado por la alegría de su rival y se marchó de vacío. Su escasa ambición fue su peor defecto. Ni siquiera con el marcador en contra tuvo codicia para buscar la portería contraria.La tranquilidad con la que el Compostela afrontaba el partido permitió a sus jugadores lucir todas sus virtudes técnicas sin temor a un error fatal. Hasta Fernando Vázquez se permitió un planteamiento más ofensivo que de costumbre y alineó a algunos jugadores no habituales que aportaron frescura a su equipo. El marroquí Chiba fue uno de ellos y demostrò que merece más oportunidades. Sus internadas por la banda derecha fueron el mejor arma ofensiva del Compostela.

Para que la fiesta local fuese completa, Toni, el portero visitante, le regaló al Compostela el primer gol en un fallo imperdonable. Cuando parecía tener blocado el balón, éste se le escurrió entre las manos y cayó a los pies de William que sólo tuvo que empujarlo.

A pesar del gol en contra, el Espanyol siguió jugando al ralentí mientras su rival disfrutaba cada vez más. Tras el descanso, el Compostela se dedicó a guardar su ventaja y a esperar las acometidas de su rival. Esto significó el fin del espectáculo.