El turno de Álex Corretja
El jugador barcelonés llega a París como líder de una potente armada española
La armada española ha cambiado de líder. El vuelco se produjo justo una semana antes del inicio de Roland Garros, el único Grand Slam que se juega en tierra batida a partir de hoy en París. Álex Corretja, el último en llegar de su generación, arrebató el cetro al mallorquín Carles Moyá, que lo ostentó desde que disputó la final del Open de Australia en enero. Nunca España había contado con tantos jugadores capaces de ganar el torneo parisiense: Corretja, Carles Moyá, Albert Costa, Félix Mantilla, Alberto Berasategui y Sergi Bruguera. Todos avalaron su candidatura a la corona de la tierra a lo largo de la temporada. Pero Corretja les ha sobrepasado con sus resultados desde abril: parece llegado su turno.Aunque se convirtió en profesional en 1991 y a pesar de haber ganado su primer título en Buenos Aires en 1994, la carrera de Corretja dio un vuelco espectacular a partir de 1996, cuando tuvo una bola de partido frente a Pete Sampras en los cuartos de final del Open de Estados Unidos y acabó perdiendo. Su despegue se produjo, pues, en una derrota. Pero fue aquel un partido histórico que marcó un punto de inflexión, porque Álex empezó a palpar la realidad de que su juego podía llevarle también a ganar un Grand Slam.
Fuerza mental
Esa es la diferencia que existe entre el Álex anterior a aquel partido ante Sampras y el Álex actual: su fuerza mental. Y es un factor realmente determinante, porque no sólo le ofrece un ascendente frente a la mayor parte de rivales, sino que mejora el conjunto de todo su juego. Ahora nadie le discute al barcelonés la capacidad de sorprender a los mejores del mundo ni la posibilidad de ganar cualquier torneo.Esas tesis están siendo avaladas semana tras semana en el ATP Tour. Corretja es, probablemente, el jugador más regular del circuito y sin duda el que más partidos ha ganado esta temporada en tierra batida (22 victorias y 4 derrotas). La consecuencia de eso son cuatro finales en los seis torneos de tierra batida que lleva disputados, saldadas con su espectacular victoria en Roma, su triunfo en Estoril, y dos finales en Montecarlo y Múnich.
Su salto ha sido espectacular. Y sus resultados le convierten en uno de los aspirantes a realizar un gran torneo en Roland Garros. Pero no en el único. Toda la armada española llega con las mismas ilusiones al torneo que les puede abrir las puertas de la historia. España es una potencia como demuestran algunos datos estadísticos: es uno de los tres únicos países, junto a Suecia y Estados Unidos, que ha tenido a seis jugadores entre los 20 mejores del mundo; y esta temporada ha mantenido una tónica de regularidad que ha permitido ver al menos un español en una final cada semana desde que ha comenzado la temporada de tierra batida. La última muestra llegó ayer, cuando Albert Costa, Félix Mantilla, Francis Roig y Tomás Carbonell ganaron la Copa del Mundo en Düsseldorf.
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