No sólo de pan
En la Universidad Carlos III de Madrid tenemos unas excelentes instalaciones de todo tipo, y éste es uno de los grandes méritos atribuibles a nuestro rector. Se han tratado de cubrir las necesidades de todo orden del universitario para facilitar su estancia en el recinto de la Facultad, lo cual es de agradecer, dado el elevado número de horas a la semana en las que el estudiante medio permanece en éste. Así, en el campus de Getafe disponemos de una biblioteca moderna y bien dotada, una cafetería más que aceptable, un entorno limpio y acogedor, gimnasio y diversas instalaciones deportivas, un eficiente servicio de reprografía, despachos para las asociaciones de estudiantes y hasta una sucursal bancaria, entre otras muchas cosas. Loable es que las necesidades del ser humano, tales como realizar ejercicio, asociarse con diversos fines o sacar dinero del banco cómodamente sin salir del campus, hayan sido amparadas y cubiertas por la Universidad. Hasta aquí, de acuerdo. No obstante, es claro que hay una importantísima faceta del individuo que se está ignorando.En la Universidad Carlos III de Madrid no hay capilla. El estudiante católico de la Carlos III se ve obligado a prescindir de una asistencia religiosa que sólo él sabe valorar. Pero ese estudiante, presumiblemente mayoritario, está literalmente condenado a relegar la práctica de su religión. O a ejercerla en penosas condiciones. Sirvan de ejemplo los actos marianos que se están llevando a cabo en este campus todos los miércoles del mes de mayo. En un aula (concretamente el 4.54) se reúnen los estudiantes a rezar orientados hacia un póster con la figura de la Virgen María pegado con celofán a la pizarra.
Afortunadamente, una asociación estudiantil (a la que no pertenezco) está organizando una recogida de firmas con el fin de elevar al rector la pretensión de dotar a la Universidad del servicio religioso necesario, y cumplir así con el artículo 16.3 de nuestra Constitución, que estipula que "los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones". La habilitación de la capilla, por otra parte, no le supondrá a la Universidad coste alguno, puesto que de ella se hará cargo exclusivamente la Iglesia católica.
Por último, quisiera denunciar ciertas actitudes hostiles surgidas hacia nuestra reclamación desde personas próximas a una conocida asociación de nuestra Universidad. Estos individuos vienen boicoteando la recogida de firmas en favor de la capilla.-
