"El mar es el mar; azul es el cielo
La historia de la pintura de todos los ciclos del tiempo dirá "¡alto!" cuando se pasme en su taller de Malí, y en el de Mallorca, y en su taller de la Rue Vieille du Temple de París, donde el artista, en su taller de los altos y bajos y sótanos y techos que dan a los cielos, crea visiones: discute, se bate, ladra, acaricia, apedrea la cordura como los sabios de algo. Y decanta la espuma de la imaginación sin respiro, brutal. Y cuando le cunde vende pasiones, locuras, enormidades; es decir, cuadros, imágenes de la vida. Setenta obras por él designadas, en el escenario histórico más bello del mundo, el Château de Chenonceau, en el valle del Loira francés, desde esta semana son talismán del planeta del arte y el dinero. Y la manifestación De Goya a Barceló está en el horizonte. Él, M. B., trabaja.Pregunta. ¿Le ilusiona algo de las calles de París?
Respuesta. La mirada de la gente.
P. Los vascos quieren al Guernica en Gernika; imagínese Picasso...
R. La putada es que son los políticos quienes deciden.
P. ¿Saluda a Picasso desde su taller?
R. Bon jour, monsieur Picasso. Lo veo mirando sus cuadros; los tengo cerca, en su museo.
P. ¿Qué era tal individuo?
R. La pintura del siglo XX, y la del XIX, y la del XXI. Se dilata, como Goya.
P. ¿Dice algo de la pintura como pensamiento?
R. Es pensamiento visible y ensucia más que el pensamiento.
P. ¿Pintaría gratis a Ronaldo o a Charles y lady Di desnudos?
R. Yo siempre pinto gratis.
P. ¿Lo saben los marchantes?
R. La mirada la emoción del arte, siempre son gratis; y los marchantes no trabajan con miradas y emoción.
P. ¿Qué pintaría en su taller una mujer soltera y sin compromiso?
R. Pintaría mucho.
P. ¿Sueña con pintores?
R. Casi todos los días; y conmigo, pintando, todos los días. Casi despierto, hablé con Tintoretto en Venecia.
P. ¿Entiende de belleza?
R. No; a veces tenemos tratos.
P. ¿Chupa los dedos comiendo y pintando?
R. Muerdo mucho las uñas, pero no con pintura, veneno.
P. ¿Hay que pagarle para hablar de política?
R. No, pero no se consigue nada de mí.
P. ¿Su taller se parece a la prostitución o a una estrella?
R. No, está entre una panadería y un alquimista.
P. ¿Su arte se toca con los ojos cerrados?
R. Sí, con los ojos de los dedos.
P. ¿Le ayuda más la pintura a su amor, o al revés?
R. Puedo hacer trampas con el amor, no con la pintura.
P. ¿Qué es el éxito?
R. Es algo externo, no me concierne.
P. ¿Veo mal si veo un perfil de su cabeza geométricamente homosexual?
R. No lo soy... Pero no me miro de perfil, sino de frente.
P. ¿Cuál es la forma del aburrimiento en esta época?
R. El mundo visto a través de la televisión.
P. ¿Tanto?
R. Más. El aburrimiento puede provocar algo; la televisión es lo peor, la resignación.
P. ¿La violencia fetén la simbolizan mejor las juventudes obedientes del PP y del PSOE o los jóvenes violentos denunciados por expertos mundiales el otro. día en Madrid?
R. ¡La obediencia ... !
P. La Iglesia beatifica a El Pele: ¿qué es una gitana?
R. Un terremoto en el Vaticano.
P. ¿A qué se engancha su pintura de hoy?
R. La pintura es una sucesión de fracasos.
P. ¿Recuerda su primer cuadro?
R. No recuerdo haber estado no pintando.
P. ¿Si el mar no fuera azul estaríamos aquí?
R. ¿Quién ha dicho eso? El mar es el mar; azul es el cielo.
P. ¿Qué es el color blanco?
R. El color es innombrable; cuando se nombra es que no funciona.
P. ¿Cuál es el Guernica de la década?
R. África lo es cada día.
P. ¿Su taller es la guerra o la perra de Troya?
R. Es más bien una guerra de perros.
P. En su pueblo, Felanitx, nacieron Colón, Timoner y usted. ¿Silba al recordarlo?
R. Yo escribo mi pueblo así: Felanietzsche.
P. Usted hace la matanza del cerdo en su pueblo, es amigo de Curro Romero y, para más gloria aún, es M. B.: ¿se permite meter las manos en los bolsillos del pantalón?
R. Sí, y me rasco las pelotas.
P. Ama a Curro, a Chavela Vargas y a Rancapino, el sucesor de Camarón: ¿está encantado de conocerse a sí mismo?
R. No, no todos los días.
P. ¿Es un mito tranquilo?
R. Mi pintura es carne camal, no tranquila ni mitológica.
P. De no conocerlo, al verlo, pasar diría para mí: "Ése es millonario y aristócrata".
R. Miró decía: los pintores son la aristocracia del mundo.
P. ¿Por qué le gustan los toros?
R. Porque sí, no lo sé, es de lo poco que me gusta.
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