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CORRUPCIÓN EN EL FÚTBOL

Los protagonitas

Se podría hacer perfectamente una película de serie B simplemente con los personajes encausados en el juicio que comenzó el martes. Son 20 en total los acusados de haber trabajado para que desaparecieran 100 millones de francos (unos 2.500 millones de pesetas) de la contabilidad oficial del Olímpico de Marsella. Dinero que se fue, según el juez Philippon, instructor del caso, en préstamos ficticios a varios jugadores y facturas falsas. Dinero que valdría para financiar una caja B con la que comprar árbitros jugadores rivales. Éstos son los protagonistas del caso.BERNARD TAPIE. El Boss. Nanard. El empresario millonario. El político de la nueva época. El hombre sin escrúpulos. Todo vale en todos los órdenes de la vida para lograr un objetivo. Maquiavélico, pues, y hábil como un diplomático vaticano. Dominaba todas las técnicas y artimañas. Soñó con hacer del Olímpico de Marsella el club más importante de Europa para usarlo como trampolín social. Cumple una pena de ocho meses por el caso Valenciennes- OM. Petición fiscal: cinco años y multa de 2,5 millones de francos (unos 62,5 millones de pesetas).

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¿Qué se puede hacer con 2.500 Millones de pesetas?

JEAN-PIERRE BERNÉS. El Capataz. El perro de presa. Cuchillo en la espalda, llamaban los futbolistas marselles al director deportivo del club. Vulgar y brutal. El hombre de confianza de Tapie en el club. El más duro -siempre rodeado de guardaespaldas- fue el primero en hundirse. Sus confesiones son la base del proceso. Acusa, pero no tiene pruebas. Avaricioso. En sus últimos tres años en el Olímpico de Marsella ganó 12 millones de francos (unos 300 millones de pesetas), casi la mitad después de que estallara el caso. Algunas malas lenguas pensaban que era el precio de su silencio. Pero ha podido más el miedo y ha hablado.

ALAIN LAROCHE. Sibilino. Hombre de negocios al nuevo estilo. Ambicioso, sobre todas las cosas. El dueño de las claves de la ingeniería financiera. Director económico del club. Odiaba a Bernés. Bernés envidiaba y odiaba a Laroche, pero, sin embargo, le propuso un pacto: ponerse de acuerdo para acusar los dos a Bernard Tapie. Laroche, que cree que aún tiene futuro en la empresa privada, se lo contó a Tapie. Tapie se lo dijo al juez. El juez, que tiene agarrado a Bernés por todos los lados, no quiso aumentar la carga acusatoria. Si Laroche no canta, no habrá pruebas de las acusaciones. En esa fuerza se escuda.

JEAN-LOUIS LEYREAU. Vicepresidente. Monsieur todo va bien. Firmaba, a medias con Laroche, las órdenes de pago superiores a 100.000 francos. Ex redactor del diario Le Provençal, fue figura clave en la ascensión en Marsella de Barnard Tapie. Bernés lo define: "Empezó siendo el bastón de Tapie y acabó convertido en su caniche".

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