"A los menores se les induce a mentir"

El Defensor del Menor de Madrid, Javier Urra, sabe por experiencia la dificultad que entraña determinar la credibilidad del testimonio de un menor. "Es muy delicado, porque son casos donde se carece de evidencias físicas, y los psicólogos, al analizar la declaración, no pueden garantizar su credibilidad, sino sólo ofrecer una valoración". En este contexto, Urra, que durante nueve años ejerció como psicólogo forense de la Fiscalía de Menores, considera que la tendencia natural de un niño es contar la verdad, pero que el riesgo procede de la inducción a la que puede verse sometido."En muchos casos de separación se utiliza dé forma bastarda a los menores y se les induce a mentir y acusar a su padre de tocamientos, abusos sexuales, consumo de drogas y hasta prácticas satánicas. Es algo terrible pero, y esto es muy importante, estas actitudes no han de hacernos perder la confianza en los niños. Lo que se necesita son equipos preparados que sepan atenderles y escucharles, sobre todo en la primera entrevista, de forma que se aprecie si lo que dice ha sido inducido o es real".

Para este trabajo, los psicólogos emplean el denominado análisis de credibilidad del testimonio, una técnica basada en las diferencias entre un relato vivido y otro inventado o inducido. Otro campo de trabajo lo constituye la situación familiar, económica y social del niño y su entorno, así como las propias capacidades del pequeño (potencial cognitivo, nivel de fabulación, resistencia a la sugestión, memoria, equilibrio emocional).

"Aunque me cueste creer que una niña denuncie a su padre por una película, hemos de saber que no se trata de un caso único. Estos hechos son más comunes de lo que pensamos", concluyó Urra.