Un triunfo necesario
> Falta de soluciones. La intensidad con la que iniciaron el partido ambos equipos le dio un gran dinamismo y fluidez al juego. Los franceses, muy bien colocados en su medio campo, evitaron que la mayor calidad técnica de los jugadores del Barcelona pudieran encontrar soluciones rápidas y eficaces. Sólo Ronaldo y Figo pudieron en una ocasión. Aprovecharon algunas pérdidas de balón en medio campo para salir con velocidad, pero sin mucho peligro.> Con decisión. En la reanudación el París Saint-Germain salió a buscar el empate con decisión aun a riesgo de sufrir los contraataques del Barcelona. El partido se convirtió en un ir y venir de una portería a otra. Raí y Leonardo fueron la opción creativa, de ellos salieron los pases más peligrosos. La sensación de peligro estuvo hasta el final.
> En aumento. El Barcelona no pudo acomodar el partido a sus necesidades. El balón se fue perdiendo cada vez con más facilidad y los contraataques espaciándose. La presión francesa fue en aumento, pero sin fruto.
> El gol anulado. El árbitro alemán se lo pensó varios segundos antes de señalar el claro penalti sobre Ronaldo, quizá lo hizo cuando se percató de que con el gol anulado a Couto hubiera sido demasiado. Estuvo precavido al cortar de raíz el conato de juego violento en la primera jugada' del partido. Su asistente le equivocó al anular por fuera de juego la oportunidad más clara de los franceses en el primer tiempo.
> El comienzo. Algunos jugadores del Barcelona necesitaban esta victoria que iniciase su cuenta de títulos. Ver a Ronaldo sumarse con esa entrega poco habitual en tareas defensivas fue significativo. Por cierto, el brasileño como lanzador de penaltis no inspira mucha confianza. Saborear sin triunfalismos este éxito les permitirá afrontar lo que queda de campeonato y la final de Copa con garantías.
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