Nueva York recuerda a Katharine Hepburn
El mundo del cine y la ciudad estadounidense celebran el 90º cumpleaños de la mítica actriz
A Katharine Hepburn le pusieron un parque en Manhattan el pasado lunes, pero ella se quedó en su casa de Fenwick (Connecticut) mirando a un faro en la distancia desde la ventana. La ocasión era su 90º cumpleaños, que la actriz celebró con su legendario distanciamiento. No quería, seguramente, Katharine Hepburn ni bañarse en multitudes ni celebrar lo que parece más que nada un mausoleo, pero la ciudad de Nueva York tampoco está dispuesta a olvidar a la que fue su vecina durante seis decadas.Así que fue el propio alcalde, Rudolph Giuliani, quien inauguró el lunes pasado el parque Katharine Hepburn, un jardín para el que ella misma seleccionó las flores y que se encuentra enfrente del edificio de las Naciones Unidas, en la orilla este de Manhattan, muy cerca de la casa antigua que habitó en la calle 49. Sí acudieron familiares, admiradores y cineastas amigos de la actriz para recordar que, en realidad, hace mucho tiempo que los cumpleaños no le gustan. Anthony Harvey, que la dirigió en El león en invierno, afirmó que, probablemente, habría celebrado la ocasión "comiendo bombones, que es lo que más le gusta".
En los últimos anos, la reclusión a la que ella misma se ha sometido intencionada e irreversiblemente ha dado pie a una frenética actividad por parte de publicaciones sensacionalistas de Estados Unidos, empeñadas en adelantar su epitafio y publicar las fotos más dramáticas de su deteriorado físico. Sin embargo, el lunes se trató de recalcar que, si bien su estado de salud es frágil, el único problema serio que padece es la pérdida de memoria. Sus días en Fenwick , donde nació y a donde Hepburn se retiró el año pasado tras abandonar Nueva York, los pasa, según dicen, mirando por la ventana a la bahía de Long Island y paseando por el campo con su chófer. Sólo el actor y director Warren Beatty consiguió hace dos años abrir una brecha en su firme aislamiento para realizar un breve papel en su película Love affair.
Katharine Hepburn no es sólo una de las actrices más fascinantes del cine, sino una de las mujeres más admiradas de la historia. Y hay muchas personas que no van a esperar al próximo cumpleaños para celebrarlo. Uno de ellos es el escritor Christopher Andersen, autor de la nueva biografía An affair to remember (Un asunto para recordar). Con el subtítulo La extraordinaria historia de amor de Katharine Hepburn y Spencer Tracy, este volumen acaba de salir a la venta en las librerías de Estados Unidos y es el primer gran relato de aquel inolvidable romance hollywoodiense, que se extendió a lo largo de 26 años.
An affair to remember se centra en la intensa historia de amor que Hepburn mantuvo con Spencer Tracy. En él se cuentan peripecias de Tracy, cuyos problemas con el alcohol le llevaron en ocasiones a permanecer desnudo durante días en la bañera de algún hotel dedicado a la exclusiva tarea de beber whisky. Andersen explica en su libro que la protagonista de La fiera de mi niña o Historias de Filadelfia llevaba la voz de mando en esa relación, y también niega los rumores de que fuera lesbiana, una errónea asociación que, según él, se deriva de la afición de la actriz por los trajes de hombre y su talante decidido. Andersen niega que Katharine Hepburn padezca Parkinson, como a menudo se piensa por el temblor de Sus manos, y afirma que sus dolencias son de tipo respiratorio. En declaraciones a Reuter, Andersen dijo que "tan sólo está sufriendo los efectos de una vida muy ajetreada. Es una mujer que tuvo tiempo para mucho", declaró a Reuter. Recientemente, el senador de Connecticut Joe Lieberman ha pedido al presidente Clinton que otorgue a Hepburn la medalla presidencial de la Libertad, y se apunta ya que también podría recibir otras distinciones de alto nivel, como la medalla de oro del Congreso.
"Es la persona que puso los pantalones a las mujeres, en sentido literal y figurado", afirma Andersen. "Es la actriz más grande que Hollywood ha dado jamás". Hepburn es la única actriz que ha ganado cuatro oscars de interpretación. Tres de ellos los ganó después de haber cumplido los 60 años, y fue candidata en otras ocho ocasiones.
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