La esgrima luce de nuevo

Taymí Chappé, la cubana nacionalizada, abrió el camino y su gran amiga, Rosa Castillejo, la primera nacida en España, lo ha seguido y aprovechado. El domingo en Zúrich (Suiza) ganó su segunda prueba de la Copa del Mundo de la temporada de espada. Hace dos meses también se impuso en la de Bratislava (Eslovaquia).La esgrima femenina española vuelve a estar en la cumbre después del fracaso de Atlanta, donde ambas fueron eliminadas a las primeras de cambio. Incluso otra española, Carmen Ruiz, que integró el equipo campeón mundial en 1994, llegó en Zúrich hasta semifinales, donde sólo cayó ante la francesa Valerie Barlois, medalla de plata en Atlanta 96 y derrotada en la final por Castillejo. Antes, en el pase a la final de ocho, Carmen venció precisamente a Taymí Chappé.

De las lágrimas olímpicas al éxito actual. ¿Qué ha cambiado? "yo sigo entrenando igual que siempre, pero vas perfeccionando y te das cuenta de que lo puedes hacer perfectamente como otras", dice Rosa. El ejemplo de Taymí ha sido clave: "Le tengo muchísimo que agradecer. Está hecha para ganar y te lo transmite. La echo muchísimo de menos, pero le va muy bien". Taymí sigue representando a España, pero tras una larga serie de problemas personales, se entrena y reside actualmente en Italia. Esta temporada ha logrado dos segundos puestos en las pruebas de Sevilla e Ipswich (Reino Unido).Relajación

Manuel Pereira, el gran técnico en la sombra y ex campeón del mundo, ha planificado una temporada mucho más relajada después del agobio olímpico y preolímpico. De las 16 pruebas de Copa del Mundo, las tiradoras españolas sólo han ido a seis, mientras el año pasado únicamente faltaron a dos. También ha influido el recorte económico general. Ahora queda la última, dentro de dos semanas, en Legnano (Italia). El objetivo fundamental es estar a punto para los Mundiales de Ciudad del Cabo (Suráfrica), en julio.

"Es que el año pasado fue como para volverse loca", comenta Rosa. "Pasamos todos los fines de semana fuera y luego vino el palo de los Juegos Olímpicos". A sus 28 años, soltera y con compromiso -"pero a largo plazo", matiza-, está recogiendo el fruto de su dedicación exclusiva a la esgrima. Empezó en el florete y se pasó a la espada justamente coincidiendo con la llegada a España de Taymí Chappé. Es el arma que da resultados más rápidos y en la que se podía competir con más posibilidades a gran nivel al ser la última incorporada en mujeres.Con su triunfo del domingo, Rosa vuelve a estar entre las 16 mejores del mundo, lo que le permitirá en las próximas competiciones entrar directamente en el cuadro final de 64 tiradoras, sin pasar por las siempre difíciles eliminatorias (poules). "En esgrima pasa que te puede tocar a la primera una rival que no te vaya bien a tus condiciones y te vas fuera. Es muy importante volver a estar entre las mejores, porque con todo lo que pasó el año pasado llegué a bajar al puesto 42". Incluso perdió la beca ADO y sólo tiene la federativa.

Rosa sigue preparándose de lunes a viernes en el Centro de Alto Rendimiento que la Federación Española de Esgrima tiene en Madrid. Sólo ayer descansó. "Pensaba que esta temporada iba a ir mejor", dice Rosa. Pero quizá no tanto.