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BALONMANO

Final de infarto en territorio vikingo

El Osito de la L'Eliana, campeón de Europa, a pesar de las tretas del Viborg

El Viborg danés recaudó 20 millones de pesetas en el partido de vuelta de la Copa de Europa de balonmano femenino. Casi la mitad del presupuesto del Osito de la L'Eliana, el equipo valenciano que conquistó el pasado sábado la primera Copa de Europa del balonmano femenino español. Por las buenas o por las malas, el Viborg debía proclamarse campeón de Europa de 1997. Y a tal efecto, los directivos del equipo danés tramaron una maraña de tretas de corte barriobajero para conseguirlo. Por ejemplo: la entrenadora del Osito, Cristina Mayo, sancionada desde semifinales, fue tratada como un criminal de guerra. Una serie de colaboradores del club danés se dedicaron a controlar a la entrenadora española. El objetivo era claro: que no se acercara a sus jugadoras, que no les transmitiera ninguna orden, que ni siquiera les ofreciera una señal. Una operación tan burda como infantil, como si el resultado de la final dependiese de un solo gesto. Desde la grada de tribuna, Mayo trataba de comunicarse con las jugadoras a través de los españoles que estaban a pie de campo, y los directivos del Viborg entendieron que aquello era poco menos que el contubernio de Múnich. Había que pararlo como fuera y recurrieron incluso a la agresión fisica de Mercedes Fuertes, la ex jugadora del equipo elegida para la transmisión de órdenes.El trato a los periodistas. españoles también fue deplorable. El que pidió línea telefónica, no se la dieron, y al que se la dieron, se la cortaron. Mezclados entre los forofos del Viborg, los informadores ni siquiera disponían de una mísera tabla en la que apoyarse. El fotógrafo de la agencia efe, de apariencia indudablemente hispánica, tuvo que salir por piernas de los lavabos, amenazado por enfurecidos hinchas.Milagrosamente, el partido dio un giro inesperado a favor de las valencianas, y todo el entramado se vino abajo. O casi todo, pues restaba impedir que Mayo, una vez acabado el partido, accediera a la pista para abrazar a sus jugadoras. Varios directivos del Viborg se abalanzaron sobre ella y se produjo una algarada tremenda.

Como se suponía, Mayo, que casi nunca se arredra, plantó cara. Como lo hicieron algunos periodistas españoles, que saltaron a la pista para proteger a la entrenadora. Lo mismo que la delegada del equipo, Carmen Lis, que no se anduvo por las ramas: atacó por detrás a un directivo del Viborg (le cogió por los testículos y se los dejó hechos papilla).

Al final, el mundo del deporte está lleno de historias como ésta. El pez pequeño se come al grande. Con un presupuesto,de poco más de 50 millones, y cercado por múltiples penurias económicas, el Osito se convirtió en el mejor equipo de Europa.

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