El Sinn Fein consigue dos escaños en Irlanda del Norte

Las elecciones en Irlanda del Norte arrojaron el jueves un resultado excepcionalmente bueno para el Sinn Fein, el partido que representa al IRA, que vio aumentado el número de escaños de 0 a 2. El partido republicano obtuvo un 16% de los sufragios, lo que supone un 5,7% más de los que cosechó en las elecciones de 1992, y está un punto por encima del excelente porcentaje conseguido en la última consulta popular, la elección del Foro por la Paz, en mayo del año pasado.El triunfo del presidente del partido, Gerry Adams, en West Belfast, a expensas del candidato del moderado Partido Social Demócrata y Laborista (SDLP), Joe Hendron, y el de su lugarteniente, Martin McGuinnes en Mid Ulster, gracias a los votos de la comunidad nacionalista, pueden interpretarse, sin embargo, como una derrota del principal partido católico SDLP, que pierde un diputado. Aunque la mayoría de los analistas veía en estos dos escaños que ha conquistado el Sinn Fein la mejor demostración del consenso que existe entre ambos partidos y en la población católica de primar el camino pacífico y negociador frente a la violencia del IRA en la solución de los problemas de Irlanda del Norte. Nada mejor para ello, aseguran, que dotar de legitimidad electoral al partido de Adams. En esta ocasión, además, los republicanos han anunciado que acudirán al Parlamento de Westminster, cosa que no hizo Adams durante los años que fue diputado por West Belfast, escaño que perdió en 1992.Derrota de Paisley

El peor resultado fue el del radical Partido Unionista Democrático de lan Paisley, que sufrió una estrepitosa derrota, al pasar de 4 a 2 diputados, mientras el principal partido de la provincia, el Unionista del Ulster (UUP), se alzaba con 10 escaños. Las alteraciones en las demarcaciones electorales, que han aumentado en ocho el número de diputados del nuevo Parlamento de Westminster, representan un escaño más para Irlanda del Norte, el que conquistó el jueves el UUP.

El voto nacionalista tuvo un ascenso moderado en Escocia, donde el Partido Nacional Escocés consiguió seis escaños, dos más de los que tenía, mientras queda estancado en el País de Gales, donde Plaid Cymru se limitó a mantener sus cuatro escaños. Lo más espectacular en ambas regiones ha sido la completa desaparición de los conservadores. En Escocia, donde tres ministros tories han perdido sus escaños, los 10 diputados que mantenía el partido se han volatilizado, y otro tanto ha ocurrido con los ocho parlamentarios conservadores en el País de Gales. Este descalabro permite suponer que la política centralista defendida por los conservadores tanto en Escocia como en Gales ha sido decisiva en su derrota. Los grandes ganadores han sido los laboristas, y, en menor medida, los liberal - demócratas.