'ALGO BUENO PASARÁ'
Laudomia Pucci, la hija del legendario diseñador florentino Emilio Pucci, está convencida de que el espíritu problemático y más bien tristón de los ochenta y noventa va a tocar a su fin. De que "algo bueno va a pasar". La heredera y relanzadora de esa estética que creó su padre, un piloto de guerra romántico que fue capaz de adelantar, en los años cincuenta, lo que había de ser la estética colorida y gloriosa de los sesenta, incluida la psicodelia, recibió ayer a la prensa del brazo de su anfitriona en Madrid, Elena Benarroch, en su tienda, donde Pucci tiene un espacio. Y efectivamente, esos estampados inconfundibles, que desde mediada esta década tratan de desterrar el negro insomne y dominante, responden, piensa ella, "no sólo a cierta nostalgia de los años buenos, de la década prodigiosa, sino también a un primer inconformismo que enseguida tendrá que tener su fruto". Señales de época que, si su mirada acierta, serán tan proféticas como lo fueron los ojos de Emilio Pucci, al que desde su muerte, en 1992, ha sustituido.-
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