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¿Qué puede mover a un estudiante alemán de Biológicas de unos 30 años a enrolarse en ETA? La madre de Fritz Gary Siemund, detenido la semana pasada en Wiesbaden como sospechoso de formar parte del comando Madrid, ha culpado a Renata la amiga de su hijo, también identificada como miembro de ETA. Desde luego, la adhesión pasa siempre por la relación con alguien que ya dio el paso. Pero ¿por qué lo dio asu vez esa persona? La biblioteca del apartamento que ambos compartían era la típica de cualquier estudiante izquierdista de los setenta: Marx, Trotski, los sandinistas, Guevara. También una recopilación de textos sobre el nazismo.Tras la extinción de la utopía comunista, los nacionalismos más extremistas se han convertido en el principal foco de atracción de jóvenes radicales en busca de causa. El diario Deía editorializaba el pasado jueves que la identificación de esos dos activistas pone de manifiesto que ETA no es "un movimiento fascista vasco" sino más bien "del extremo opuesto". En todo caso, resulta paradójico que jóvenes internacionalistas, lectores de Trotski y admiradores del Che, acaben vinculándose a un movimiento ultranacionalista. Paradójico también desde el lado de ETA: la vanguardia armada del Movimiento de Liberación Nacional Vasco estuvo formada en los años ochenta por los franceses del comando itinerante de Henri Parot -hijo de argelinos emigrantes al sur de Francia-, y el relevo parece haber pasado ahora a manos germanas: ya van cuatro personas de esa nacionalidad identificadas como miembros de ETA. Por edad, esta generación podría ser la de los hijos del 68.

El principal símbolo de Mayo 68, el alemán Daniel Cohn Bendit, es hoy diputado verde en el parlamento del Estado de Hesse. En su libro La revolución y nosotros, que la quisimos tanto recuerda a dos antiguos colegas italianos, Valerio Morucci y Adriadna Ferranda, y se pregunta por qué "ellos se convirtieron en terroristas -de las Brigadas Rojas- y yo en pacifista". En una vieja entrevista, Cohn Bendit había confesado que también él había estado fascinado, a fines de los sesenta, por la aparente eficacia de la violencia. Lo malo, lamentaba, es que "hubo grupos que nos tomaron la palabra" y "la realidad no tardó en superar a la ficción".

El más famoso secuestro aéreo de los setenta fue el realizado en junio de 1976 por un comando de FPL de Palestina que consiguió desviar a Entebbe, en Uganda, a un avión israelí con 216 pasajeros a bordo. El comando estaba formado por dos palestinos y tres alemanes, uno de los cuales dirigía la operación. Se trataba de un hombre rubio de unos 28 ó 30 años, según el relato que hizo en EL PAÍS una francesa de origen judío, Monique Epstein, que figuraba entre los rehenes. El momento más dramático fue para esa pasajera aquel en el que, tras haber examinado los pasaportes, los secuestradores leyeron una lista de los rehenes que serían separados del grupo principal y trasladados a otra pieza del aeropuerto: "Después de varios nombres pudimos darnos cuenta de que mencionaban sólo a los israelíes( ... ) Empezamos a imaginar cosas horribles. Dos de entre nosotros habían estado en campos de concentración".

En la resaca del 68, en Alemania, algunos militantes de la extrema izquierda que se avergonzaban de sus padres, a los que consideraban criminales de guerra por su colaboración o pasividad frente al Tercer Reich, se tomaron al pie de la letra lo que decían sus panfletos y decidieron pasar a la acción. Pero, una vez la metralleta en sus manos, imitan a sus padres separando -a los judíos del resto.

Es improbable, por razones de edad, que los padres de los dos alemanes del comando Madrid fueran nazis, como lo fueron los de los principales dirigentes del grupo de Baader-Meinhof, especializado en ataques contra las instalaciones norteamericanas en Europa, y que hace 5 años anunció su renuncia a la lucha armada, por falta de objeto. Lo que sí se sabe por las crónicas publicadas estos días es que el padre de Fritz Gary Siemund -a quien pusieron ese nombre por su resonancia americana- trabajó toda su vida para las bases estadounidenses en Alemania.

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