Albert Portas cuadra su escalada

Las barreras del Godó jamás parecieron tan débiles. Un día después de que cuatro españoles llegaran a semifinales, la historia volvió a ser batida. Albert Portas, un chico de 23 años curtido ya en varias batallas a pesar de ser el 133º del mundo, rompió otra vez los pronósticos. Hasta ayer, nunca un jugador salido de la fase previa había alcanzado la final. Portas lo logró. Y lo hizo de una forma brillante, dejando en su camino a Alberto Berasategui, 19º mundial y ex finalista de Roland Garros, al que venció por 6-3, 7-5 en 1 hora y 11 minutos. Portas afrontará hoy la final al leridano Albert Costa, que eliminó a Carles Moyá por 76 (8-6), 7-5 en 1 hora y 41 minutos.Los dos finalistas nunca se han enfrentado con anterioridad. Y, otra vez, los pronósticos dan a Portas como perdedor frente a Costa, ahora ya flamante 10' jugador mundial. Sin embargo, a estas alturas eso ya no debe afectarle. Desde que inició su andadura en el cuadro principal de este Godó, se ha repetido esta situación. La única vez que eso no ocurrió fue en octavos de final cuando se enfrentó a Fernando Vicente, otro recién llegado al circuito con menos experiencia incluso que él. Y fue aquel el único partido en que cedió una manga. Portas no se amedrentó ante el chileno Marcelo Ríos, 9ª mundial, ni el viernes frente a Karim Alami, 61º, ni tampoco ayer ante Berasategui.

Cada partido lo resolvió con la mejor voluntad, con una entrega absoluta, pero también con unos golpes de fondo desbordantes y una confianza en sí mismo que él mismo desconocía. "No me esperaba nada de lo que me está ocurriendo", confiesa Portas, hijo de un veterano juez de línea del Godó. "Ya hace días que juego sin presión, porque no tengo nada que perder", agrega. Jordi Plana, su entrenador, que estos días tiene a su padre ingresado en coma y ha vivido momentos de tensión, no se cansa de repetir: "La única cuestión es que se convenza de que puede ganar a los mejores".

Portas demostró ayer que es capaz de aguantar la presión, y de mantener el espíritu incorformista a pesar de haber alcanzado ya la cota más importante de su carrera. Portas tenía motivos para estar saturado: acababa de llegar a las semifinales de un torneo del ATP Tour, de entrar entre los 100 primeros, de vencer a un top ten. Y buscó algo más, y Berasategui le facilitó el camino.

El vasco, de 23 años, no fue capaz de expulsarse *la presión del momento que estaba viviendo y acabó afectado por los nervios y la tensión. Portas jugó a lo grande, moviendo a Berasategui, alejandole de la pista con golpes profundos y angulados y matándole después con precisas dejadas. Así le ganó el primer set y así entró en el segundo, donde dispuso de sus primeros dos match-balls con 5-4 y 15-40. El vasco los remontó y pareció enderezar el rumbo cuando igualó a cinco. Pero Portas se anotó su saque y le rompió en blanco en el siguiente juego.

Hoy jugará su último partido de este Godó y tendrá ocasión de demostrar que todo lo realizado no es flor de un día. Enfrente tendrá a uno de los jugadores más en forma del circuito y de los mejores en tierra batida, Albert Costa. El leridano precisó de todos sus recursos para acabar con 0,1 mallorquín Carles Moyá, finalista este año en el Open de Australia. Costa estuvo centrado y movió constantemente a Moyá. Esta vez era el mallorquín el que corría de un lado a otro para mantenerse en el partido. También en este caso la humedad de la pista tuvo su incidencia. Los tiros del mallorquín fueron menos efectivos. La estrategia de Costa fue la que marcó la pauta del encuentro y ésta vez Moyá sólo pudo romperla en la segunda manga, cuando con un break abajo, lo recuperó y se fue a la silla con 4-3 a favor. Pero después el mallorquín soportó peor la tensión de enfrentarse a uno de sus mejores amigos.

Resultados

Semifinales: A. Costa (7º cabeza de serie) vence a Moyá (4º) por 7-6 (8-6), 7-5. Portas, a Berasategui (90) por 6-3, 7-5.

Final (hoy, 14.30): A. Costa-A. Portas.