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BALONMANO

Barça y Elgorriaga, dispuestos a firmar hoy su éxito europeo

El Barcelona defiende hoy (19.00) nueve goles de ventaja (31-22, en la ida) en la pista del Badel Zagreb (Croacia) en el partido de vuelta de la final de la Copa de Europa. Los azulgrana están a un paso de rematar una temporada ejemplar y una hegemonía sin precedentes: ya han ganado la Liga, la Copa, la Supercopa española y la Supercopa de Europa. El Elgorriaga Bidasoa, por su parte, juega hoy la vuelta de la final de la Recopa en la pista del Veszprem de Hungría. El equipo de Irún ganó en la ida por 24-19.El Barcelona es el vigente campeón de la Copa de Europa y caso de acabar con éxito su partido ante el Badel sumaría su tercer título en esta competición. Sería su octavo título europeo -también había ganado cinco Recopas-, lo que, unido a la Supercopa conseguida esta temporada, le convertiría en el club con más entorchados continentales.Sin embargo, la prudencia impera en todo el equipo ante la reválida que les espera en Zagreb. Los 12.000 apasionados espectadores que llenarán el pabellón croata desde una hora antes del choque, los árbitros islandeses Arnaldsson y Erlingsson -la bestia negra del Barcelona en Europa, ya que los azulgrana siempre han perdido con estos colegiados- y el gran potencial del rival, provocan todo tipo de prevenciones.

El técnico barcelonista, Valero Rivera, es el primero en apuntarse a esta tesis: "La eliminatoria está aún por decidirse, ya que en Zagreb nos espera un auténtico infierno. Nos va a pasar de todo y, por ello, hemos de jugar muy concentrados psicológicamente para que no nos afecte nada de lo que ocurra".

Ante esta situación, el Barcelona ha solicitado a la Federación Europea de Balonmano (EHF) las máximas garantías posibles, aunque, según señaló el directivo responsable de la sección de balonmano, Francesc Catot, "también se comprometieron a cumplir unos asuntos en el partido de ida y al final no lo hicieron. Sea como sea, el responsable de la mesa de anotación es el jefe de los árbitros europeos, por lo que ya no se puede pedir más en este sentido".

El Elgorriaga, por su parte, no quiere excesos de confianza. Su jugador losu Olalla declaró ayer: "No creo en la euforia, no me parece adecuada, y así se lo dije a mis compañeros en el vestuario después de ganar al Veszprem". "En Hungría", opina Olalla, "nos vamos a encontrar con un equipo que tiene todo a su favor menos el resultado y va a tratar de cambiarlo. Nuestro reto, evitarlo y solo así lograremos la Recopa".

Para su entrenador Juantxo Villarreal es su último partido como técnico después de 22 años y quiere abandonar el banquillo con un título más que amplíe su dilatada y brillante hoja de servicios.

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