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56 padres de Torrelodones apoyan la denuncia contra dos educadoras infantiles

La denuncia contra dos educadoras de la escuela infantil municipal de Torrelodones (10.600 habitantes) por supuestos malos tratos a menores de tres años cobra fuerza. A través de un comunicado de prensa firmado por 56 padres y madres, los progenitores mantienen que las denunciadas obligaron a algunos de los niños de la guardería a ingerir sus propios vómitos y les ataron a sillas por orinarse encima, aunque señalan que son los jueces quienes deben confirmar si se produjeron o no las supuestas vejaciones. Las dos educadoras, que dependen del Ayuntamiento, negaron con rotundidad las acusaciones. En la guardería hay inscritos 58 menores de tres años. Frente a los 56 progenitores (padres y madres) denunciantes hay otros 32 que han mostrado su solidaridad hacia las dos educadoras denunciadas. Lo hicieron a través de una carta dirigida al Ayuntamiento "en la que manifestaban su plena confianza hacia las dos educadoras acusadas", según declaró el alcalde, Enrique Muñoz, del PP.En el comunicado difundido ayer, los 56 familiares críticos aseguran que se sienten "perjudicados por las informaciones aparecidas y ante el cariz que está tomando el asunto". A este respecto, los padres. explican que no han hecho declaraciones hasta ahora "para que no se tergiversen, porque no les parece oportuno, dada la gravedad y delicadeza del asunto, que afecta a menores de tres años".

También corroboran en el comunicado su intención de que sean "los organismos competentes [en referencia a los tribunales de justicia] los que establezcan la veracidad de los hechos", y piden que, "en caso de que sean ciertos, y por la protección de nuestros hijos, se depuren las responsabilidades oportunas", afirman. El defensor del Menor, Javier Urra, remitió al fiscal jefe de la Audiencia Provincial de Madrid, el pasado día 9, un informe en el que se recogen las denuncias de los padres, así como las de cinco empleadas de la guardería. Los denunciantes aseguran que las dos educadoras forzaron a algunos niños a ingerir su propio vómito, les ataron a sillas, por orinarse encima o les llamaban con motes despectivos. Urra asegura que los niños no sufrirán secuelas psicológicas en el caso de que las acusaciones sean ciertas.

El alcalde obligó a las educadoras a tomarse unas vacaciones. Se acaban en "dos o tres días" y "no sé lo que vamos a hacer con ellas, si volverán a su puesto o las daremos otro destino", declaró ayer Múñoz.

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