Puntos débiles del aeropuerto

Las máquinas no huelen, por sofisticadas que sean. Son incapaces de distinguir entre el aroma de un buen jamón y el tufillo del hachís de Ketama. De ahí que la droga siga siendo el mayor quebradero de cabeza dé los agentes -del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil- encargados de la seguridad en el aeropuerto de Barajas. "Los perros son nuestros mejores aliados en la lucha contra el narcotráfico, pero también ellos se cansan de vez en cuando", dice el teniente coronel de la Guardia Civil Manuel Fuentes Cabrera, jefe de la Agrupación Especial del Aeropuerto de Barajas.Manuel Fuentes, quien tuvo su primer destino en Barajas en 1976, tiene elaborado un amplio informe sobre los puntos vulnerables del aeropuerto de Madrid según distintas situaciones de emergencia. En el caso de un atentado terrorista, el teniente coronel de la Guardia Civil tiene estudiadas un sinfín de posibilidades -lugares, métodos empleados, objetivos de los terroristas- y los recursos para abortarlos. "El aeropuerto de Barajas", explica

Manuel Fuentes, "es sin lugar a dudas la principal puerta de entrada a nuestro país, y de ahí que la imagen que ofrezcamos a los que nos visitan sea fundamental, sobre todo, en seguridad".

Durante la Semana Santa, esa puerta gozó de buen aspecto: con un volumen de 7.800 vuelos y 800.000 pasajeros, sólo se produjeron dos hurtos al día.