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El doble desafío de Jalabert

Imparable el últirno mes, la ONCE intenta hacer historia en las Ardenas

Carlos Arribas

Entre la Flecha -hoy- y la Lieja -el domingo- hay cuatro días. Las dos clásicas belgas conforman el weekend ardenés, el nuevo desafio de Laurent Jalabert. Hace dos años, el ciclista -francés estuvo a punto de conseguir el doblete y falló en la decana -el nombre popular de la Lieja-Bastoña-Lieja-; en 1996 una lesión le impidió participar; éste no se adivina ninguna sombra que ponga en peligro su objetivo.El francés, número uno mundial, está en gran forma, y su equipo, la ONCE, tiene una marcha de más con relación a todos sus rivales. En una temporada ciclista a la que el adjetivo que más le cuadra es el de desconcertante -victorias de ciclistas sin pedigrí en las grandes clásicas, desastre italiano-, sólo la regular marcha del equipo dirigido por Manolo Sáiz, a pesar de unos comienzos balbuceantes, pone el punto de cordura necesario, aunque siga siendo extraordinario.

Está el ejemplo de la semana pasada. Mientras los especialistas del pavés se pegaban por el norte, los hombres del club del Tour -los Olano, Pantani, Zülle, Riis, Jalabert, Leblanc, Ullrich, Tonkov, Ugrumov...- tomaban al asalto el País Vasco. La ONCE arrasó de tal forma que parecían correr sin rivales, permitiéndose lujos -Amorebieta: Jalabert, escapado, espera a Zarrabeitia para dejarle ganar- que ponen en evidencia a los demás corredores.

Ese estilo busca un refrendo mayor. Busca un escenario único: las dos carreras de las Ardenas. El objetivo mayor de una primera parte de la temporada que se ha saldado para la ONCE con victorias en la París-Niza (Jalabert), Critérium Internacional (Marcelino García y Aitor Gannendia), Estella y Amorebieta (Zarrabeitia), Circuito del Sarthe (Mauri) y País Vasco (Zülle, primero, y Jalabert, segundo). Después vendrá mes y medio de descanso y la preparación del verano, es decir, del Tour.

Manolo Sáiz siempre ha confesado que la clásica que más le gustaría tener en el palmarés del equipo -en el que está ya la Milán-San Remo del 95- es la Lieja-Bastofia-Lieja, no sólo porque es la que más se adapta al estilo atacante de sus hombres, sino porque es el monumento -los monumentos: Milán-San Remo, París-Roubaix, Tour de Flandes, Lieja-Bastoña-Lieja y Giro de Lombardía- actualmente más prestigioso.

No se adivina ningún ciclista que pueda rivalizar con Jalabert ni en la Flecha Valona -el hombre más a su gusto en ese terreno de continuas cuestas sería el norteamericano Lance Armstrong, ausente en su lucha contra el cáncer de testículos-, ni en la LBL. El ganador del año pasado, el suizo Pascal Richard, se recupera de una caída; otro suizo que sería un formidable oponente, Mauro Gianetti, se encuentra bajo de forma.

Las dos carreras son, además, tan duras que la posibilidad de una sorpresa más se queda en el capítulo de deseos. La ONCE no la permitiría en su terreno. ¿No son los únicos que cumplen?

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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