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El hallazgo de nuevos restos humanos siembra el pánico entre los belgas

Un nuevo hallazgo de restos humanos dentro de bolsas de basura ha sembrado el miedo en Bélgica ante la presunta actuación de un misterioso asesino múltiple. La localidad de Havré, en las inmediaiones de Mons, al sur del país, fue escenario el sábado del último descubrimiento macabro: una pantorrilla y un pie, que podrían pertenecer a una mujer de 40 años, y una cabeza en avanzado estado de putrefacción. Desde el pasado 22 de marzo han sido hallados en la región los miembros de cuatro mujeres descuartizadas.

Pierre Honoré, el fiscal de Mons encargado de la investigación, se mostró ayer convencido de que existe un claro vínculo entre los restos descubiertos el pasado fin de semana y los hallados en esa misma ciudad y la cercana población de Cuesmes desde hace tres semanas. La policía belga sigue la pista de un supuesto asesino múltiple. Un psicópata que parece querer burlarse de las autoridades al dejar los restos de sus víctimas en lugares cuidadosamente escogidos por su denominación.Así, el asesino eligió la calle del Depósito, cerca de un río llamado Odio, que baña la comarca de Mons, para su último envío. El 22 de marzo ya fueron halladas nueve bolsas de basura, que contenían las extremidades de tres mujeres, a lo largo del río llamado Miedo, cerca de una línea de ferrocarril, en Cuesmes. Dos días después se encontró otra bolsa con un tronco femenino a escasos metros del camino de la Inquietud, en la parte posterior de la estación de Mons, también próxima al río del Odio.

En medio de este juego siniestro, el Descuartizador de Cuesmes -o Carnicero de Mons, como también ha sido bautizado por la prensa-, cobra fuerza la idea de que el asesino actúa en una zona limitada. La policía ha lanzado una nueva operación de búsqueda de restos humanos en un perímetro acotado y rastreado desde el aire por un helicóptero dotado de equipos de detección por rayos infrarrojos. El río del Odio, además, está siendo dragado.

La fiscalía de Mons cree que los primeros restos humanos hallados en Cuesmes correspondían a los de una prostituta francesa de 43 años afincada en la región. Sin embargo, los retratos robot distribuidos por la policía sobre posibles sospechosos no han facilitado aún pistas a los investigadores, que tan sólo cuentan por ahora con el testimonio de una vecina de Havré, cuyo marido observó el pasado jueves que una furgoneta se detuvo cerca del lugar donde el sábado se produjo el último hallazgo macabro.

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