El pacto Telefónica-BT rebota en un conflicto de intereses en Airtel

El inminente acuerdo estratégico de Telefónica y la británica BT amenaza con crear, de rebote, un serio problema en Airtel, la competidora de la primera en telefonía móvil. BT es uno de los primeros accionistas de Airtel, con el 16%. Cuando en los próximos días cierre su pacto con los británicos, Telefónica se convertirá en la mayor aliada de la empresa (BT) que mejor información puede darle sobre su competidora en telefonía móvil.

Los demás accionistas de Airtel esperan que el embrollo se resuelva pronto, con la salida de BT del accionariado de la compañía y la entrada de algún socio que sustituya a los británicos, aunque el Banco Central Hispano (BCH) y la eléctrica Endesa se orientan hacia soluciones distintas.El problema no es baladí, porque una vez cierre el acuerdo con el grupo constituido por BT y la estadounidense MCI, Telefónica tendrá una posición de absoluto dominio en el mercado español de la telefonía móvil.

Por un lado, es propietaria única de Telefónica Móviles, que engloba a las firmas MoviLine y MoviStar. Y por otro, tendrá hilo directo con BT, principal accionista de Airtel, con un porcentaje del capital tan sólo igualado por la estadounidense AirTouch.

Ante ese panorama, los demás accionistas de Airtel, encabezados por el BCH y Endesa, han intensificado los contactos entre sí y con posibles sustitutos de BT. Los accionistas de la empresa de telefonía móvil dan por hecho que los británicos se marcharán de Airtel en cuanto se haga público, previsiblemente la semana próxima, el acuerdo estratégico que han alcanzado con Telefónica para el desarrollo de actividades conjuntas en el mercado internacional.

Algunos observadores apuntan que la presencia significativa de BT en Airtel y sus acuerdos estratégicos con Telefónica son incompatibles con los principios sobre la competencia en el sector de las telecomunicaciones que intenta imponer la Comisión Europea.

Sin embargo, no existe unanimidad entre los accionistas sobre la solución que debe darse al problema. El BCH promueve la candidatura de France Telecom para ocupar el lugar de los británicos y parece incluso dispuesto a atender las demandas de AirTouch para incrementar su participación accionarial.

Los norteamericanos, reconocidos artífices del milagro de la puesta en marcha de Airtel tan sólo seis meses después de que obtuviera la licencia para operar, creen que su influencia en la empresa no se corresponde con el sustento que dan al proyecto, sobre todo después de que BT igualase su porcentaje en el capital. Una parte de las acciones de BT podría ir a parar a AirTouch y otra a France Telecom.

Preferencia por Airtel

La compañía francesa, aún controlada en su totalidad por el Estado, forma parte de un grupo integrado también por el BCH y la alemana Deutsche Telekom para la compra de Retevisión, la sociedad con la que el Gobierno quiere reforzar la competencia a Telefónica en España.No obstante, los directivos de France Telecom han manifestado su preferencia por Airtel como plataforma de entrada en el mercado español. Airtel tiene ya una red instalada, capacidad de gestión y en su capital están representadas las empresas con las que France Telecom cree que debe contar una compañía de telecomunicaciones (eléctricas como Unión Fenosa y Endesa; cajas de ahorros; constructoras y sociedades de inversión).

La pérdida de interés de los franceses por Retevisión pone en aprietos el proyecto del Gobierno para el segundo operador de telefonía básica (no móvil). Hasta 70.000 millones espera el Ejecutivo ingresar por la venta de la mayoría de Retevisión. Un factor a favor de los planes del Gobierno es que el 16% de Airtel vale unos 96.000 millones.

También lo es la resistencia mostrada últimamente por Endesa a dar entrada a nuevos socios en Airtel y, sobre todo, a hacer de ésta la base de un segundo operador de teléfonos fijos. Endesa, que en un principio iba a formar parte del consorcio integrado por el BCH, France Telecom, Deutsche Telekom y la estadounidense Sprint para comprar Retevisión, se ha alejado de este grupo y ha emprendido contactos que podrían vincularla a otros posibles inversores. Así, el Gobierno se garantiza la existencia de alternativas en el concurso para vender Retevisión.