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El Gobierno y los rebeldes zaireños acuerdan que es necesario un alto el fuego

Los representantes del Gobierno de Zaire y de la rebelión encabezada por Laurent Kabila acordaron ayer, después de cuatro días de conversaciones en la ciudad surafricana de Pretoria, que es necesario un alto el fuego y elecciones democráticas. Sobre el terreno, el presidente zaireño, Mobutu Sese Seko, decretó el estado de emergencia en todo el país ante el avance rebelde, mientras su Ejército, desmintiendo informaciones que anunciaban su rendición, parecía ofrecer fuerte resistencia ayer al avance de los rebeldes, que prácticamente han rodeado Lubumbashi, la capital de la rica región minera de Shaba (la antigua Katanga).

Mientras Washington consideraba ayer que tanto Mobutu como su régimen "pertenecen al pasado", los enviados de Kabila y del presidente zaireño consiguieron ayer, por primera vez desde que el sábado se sentaran a negociar, firmar un documento conjunto: "Ambas partes están de acuerdo en negociar para llegar a una solución pacífica y política al conflicto. Para ello sería necesario un cese total de hostilidades y otras medidas consistentes en la aplicación del plan de paz de las Naciones Unidas".Aunque el texto no precisa el modo o el momento en que el alto el fuego debería entrar en vigor, sí se subraya la necesidad que tiene Zaire no sólo de "un cambio fundamental y democrático", sino de "un proceso de transición" que sea transparente, limpio e incluya la celebración de unas elecciones.

Todo el poder

Sin embargo, poco después de que se conociera el pequeño avance en Pretoria, Kabila endureció su posición al reclamar un poder no compartido sobre todo Zaire y asegurar que la capital, Kinshasa, es su próximo objetivo, después de la caída de Lubumbashi, que se considera inminente. Durante un mitin celebrado en Mbuji-Mayi, la capital de la provincia diamantífera de Kasai Oriental, conquistada el pasado viernes, Kabila reveló que había recibido una llamada telefónica del vicepresidente sur africano, Thabo Mbeki, para in tentar salir del punto muerto en el que al parecer se encontraban las negociaciones. La respuesta de Kabila fue que sus delegados estaban en Pretoria para "negociar la salida de Mobutu".Los hombres de Kabila se encontraban ayer a 10 kilómetros de Lubumbashi, donde la División Especial Presidencial, las fuerzas de élite de Mobutu, oponían feroz resistencia, lo que sorprendió a los rebeldes, acostumbrados a conquistar ciudad tras ciudad al este de Zaire sin apenas combatir. Kabila reconoció las dificultades de sus tropas en Lubumbashi, pero aseguró que el Ejército de Kinshasa sería derrotado. "Una vez que Kinshasa sea separada de sus provincias más ricas [en referencia a Kasai y Shaba], la gente tendrá que reconocer que la Alianza [las fuerzas rebeldes] tiene el control del país", añadió Kabila.

Por otra parte, tres relatores especiales de la ONU hicieron un llamamiento ayer para que la comunidad internacional organice una conferencia sobre la región de los Grandes Lagos, informa Luis Vázquez desde Ginebra. En la 53 a sesión de la comisión de derechos humanos, Roberto Garretón (relator para Zaire), Paulo Sergio Pinheiro (Burundi) y René Degni-Segui (Ruanda) afirmaron conjuntamente que era necesario un "enfoque integrado" de los problemas de la región para intentar detener una degradación que no termina.

A pesar de su llamamiento de atención sobre los Grandes Lagos, Roberto Garretón no dejó de manifestar su realismo: "A los rebeldes de Laurent-Desiré Kabila no les interesa entablar negociaciones de paz porque están a punto de ganar la guerra", dijo el relator especial para Zaire. René Degni-Segui, por su parte, consideró que Ruanda es hostil a la idea de una conferencia porque "se sentiría en minoría".

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