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Clinton vetará la iniciativa conservadora que permite a las empresas pagar horas extras con tiempo libre

Bill Clinton ha anunciado que vetará el proyecto de ley aprobado por la mayoría republicana de la Cámara de Representantes de EE UU que permitiría a las empresas ofrecer a los trabajadores la posibilidad de que no cobren en metálico las horas extras, sino en tiempo libre. El presidente norteamericano, -según fuentes oficiales de la Casa Blanca, comparte la opinión mayoritaria en el Partido Demócrata y las centrales sindicales de que esa iniciativa legislativa de los conservadores "puede abrir las puertas a abusos por parte de las empresas".

El pasado 18 de marzo, la Cámara de Representantes aprobó, por 222 votos a favor y 210 en contra, un texto según el cual las empresas podrían evitar pagar las horas de trabajo que superen el máximo de 40 semanales establecido por la legislación. En vez de abonar la hora extra a un precio 1,5 veces superior a la hora normal, tendrían la posibilidad de proponer al trabajador que la acumule, también en la proporción de 1,5, para tomársela como tiempo libre cuando las necesidades de producción lo permitan.Este proyecto de ley ha nacido muerto. Debe pasar todavía la prueba de fuego del Senado y, en cualquier caso, se enfrenta de antemano al veto presidencial. Al no haber conseguido la aprobación de los dos tercios de la Cámara de Representantes, no podrán superar el escollo de la oposición de la Casa Blanca.

Los republicanos liderados por Newt Gingrich afirman que su iniciativa permitiría a los trabajadores pasar más tiempo con sus familias. "Los sondeos de opinión", escribe The Wall Street Journal, "muestran que los trabajadores, especialmente las mujeres, están a favor de que se les permita esta opción". Pero los demócratas y los sindicatos lo contemplan como una maniobra de los conservadores y la patronal. Los medios empresariales norteamericanos llevan años empujando a favor de esta medida.

"Esta iniciativa permitiría a los empresarios discriminar a los que quieren ser pagados por sus horas extras en relación a los que prefieren tomarse tiempo libre", dice el congresista demócrata de Massachussets Joe Moakley. "En el mundo real", añade, "si tu jefe te dice que prefiere que acumules horas libres en vez de cobrar dinero tú tienes lo que hacer que te dicen o empezar a empaquetar tus cosas".

En una carta enviada al presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, Clinton ha expresado su firme oposición a este proyecto de ley. "Aunque estoy dispuesto a apoyar una iniciativa responsable que dé más tiempo libre a los trabajadores", escribe Clinton, "opondré mi veto a cualquier medida legislativa que no les garantice la posibilidad real de poder elegir, la protección efectiva frente a los abusos de los empresarios y la preservación de conquistas laborales como la semana de 40 horas y el derecho a cobrar las horas extras".

Los demócratas también se oponen a otra iniciativa legislativa promovida por la mayoría republicana del Senado que posibilitaría que un asalariado trabaje 50 horas una semana y 30 horas la siguiente. Aseguran que ello minaría la semana laboral de 40 horas. El 60% de los trabajadores norteamericanos está protegido por la denominada Ley de Criterios Laborales Justos (Fair Labor Standars Act), que garantiza que las horas que superen las 40 semanales se pagan en una proporción de 1,5. Los directivos, profesionales y asalariados de algunos sectores privados, al igual que los empleados del Gobierno federal, tienen más flexibilidad a la hora de tomarse tiempo libre a cambio de las horas extras trabajadas.

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