LA CASA DE CHAGALL

Mientras sobre Jerusalén se cierne una nueva guerra sobre el derecho a espacio vital, un próspero comerciante de arte israelí y ferviente admirador del pintor Marc Chagall, que murió en Francia en 1985, a la edad de 98 años, está invirtiendo dinero e ideas para comprar e importar la casa del artista judío. Físicamente. Itamar Barkai quiere desarmar el rudimentario edificio de madera y piedra donde el pintor nació y vivió hasta que su familia emigró a París en 1922. Un complicado trasplante de arquitectura desde el remoto pueblo de Vitebsk, al noreste de la capital bielorrusa de Minsk, hasta el políticamente tenso paisaje de Jerusalén. Barkai dice que es posible empacar la estructura pieza a pieza, poner los paquetes en un avión y traerlo todo a Jerusalén, donde Chagall brilla en todos los museos sin haber jamás vivido ninguno de los dramas de Oriente Próximo. Barkai, aparentemente, ha obtenido la aprobación exportadora del Gobierno de Minsk. La casa de Chagall aparece en numerosos borradores, esbozos y pinturas del magistral retratista de figuras en vuelo onírico y un auténtico creyente de que el color azul es el color de la serenidad.-