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BALONCESTO: EUROCOPA

El Madrid despierta a tiempo

El Racing de París saca un buen resultado en el primer partido de semifinales

Los franceses llegaron a Madrid con un plan, conscientes que de su limpia ejecución dependía el éxito de su misión. Ésta se consideraría cumplida logrando una victoria o concediendo una derrota por escasísimo margen que permitiera la remontada en París en el partido de vuelta. La estrategia del Racing no dejaba resquicio a la duda: acunar un ritmo estudiadamente lento para adormecer a sus rivales madridistas, francamente incómodos cuando impera el tran-tran.

Con patente de Maljkovic, el Racing trajo a la memoria madridista el triste recuerdo de la Final Four de Atenas en 1993. El Limoges fulminó al Madrid en semifinales con el juego que ayer puso en práctica el bloque parisiense, que sólo varió los nombres, y no en todos los casos. Sciarra (con el plus de su mayor calidad) hizo de Frederic Forte, Mariguet quiso emular a Michael Young (en este caso la ventaja es para el estadounidense) y Dacoury se interpretó a sí mismo (perteneció al ex campeón de Europa) para que el Racing desestabilizase a Obradovic y sus hombres, claramente batidos en lo que a mover la batuta se refiere,

El partido se jugó en todo momento en el campo de batalla propuesto por los galos -mitad de cancha- y a la velocidad, por decir algo, impuesta por Sciarra, un timonel de altos -vuelos que se adueñó del parqué con autoridad.

El Madrid rumiaba su impotencia para invertir la dinámica del choque y, constreñido al juego estático, pagaba sus errores en otros departamentos como el blando rebote y el mal porcentaje en los lanzamientos. El futuro se teñía, negro para el equipo español en el descanso (28-28) y más cuando en la segunda parte el Madrid sólo sumaba un punto en los cinco primeros minutos (29-32).

En este duelo todo lo hizo el Racing, lo bueno y lo malo. Los minutos de descanso que su técnico dio a Sciarra (llevaba tres personales) coincidieron con una sucesión de balones perdidos, personales en ataque y precipitaciones varias.

Los cuatro tiros libres del serbio revolucionaron un tanto el partido, Herreros se enganchó al vagón y el Madrid aprovechó que el genial base francés ya no fue el mismo para sonar con la escapada (54-45, m. 31) que el belga Struelens cortó, aunque sin evitar la derrota.

Tal y como se desarrolló el encuentro, el Madrid puede darse por satisfecho: con un rival de las características del Racing y ante el partido de vuelta, una renta favorable, aunque sólo sea de cinco puntos, no es cuestión baladí.

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