_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Albania

Rosa Montero

Albania es una palabra que siempre me llenó la boca de oscuridad. Inquietante Albania, mucho más remota de lo que le corresponde por su lugar geográfico. Ahora esa Albania secreta se ha deshecho como un castillo de arena bajo la ola, demostrando que, en efecto, el caos puede devorar a la realidad en cualquier momento como en la peor de las pesadillas. Todo ha desaparecido de la noche a la mañana: los políticos, el ejército, la policía, los jueces. Todo, menos las armas.Como siempre sucede, a las pocas horas de empezar el conflicto ya tenemos fotos de niños con fusiles. De dónde salen todas esas máquinas de matar, quién se las pone en las manos a esos niños (y a sus hermanos, a sus padres, a sus abuelos), cómo es posible que funcione tan bien el servicio de entrega de los matarifes. Porque no son sólo los 200.000 rifles que han sido arrebatados al disuelto ejército: esto no es más que el aperitivo. Mañana serán 200.000 más, y pasado habrá minas personales, y bazookas, y toda la quincalla habitual del supermercado armamentista. Qué rápidos, qué eficaces son los comerciantes de la muerte: a los puntos colapsados por la violencia no llegan los alimentos, las mantas, las medicinas. Pero las armas sí, las armas llegan siempre.

Y qué curioso, en fin, que siempre que se apaga un conflicto bélico se encienda otro. La rueda de los Balcanes, por ejemplo, va girando de un modo muy conveniente para el negocio: hoy en esta esquinita, mañana en aquélla. Los Estados ricos se enriquecen cada día un poco más con las ricas ventas de sus florecientes industrias de armamento. Ahora los desesperados albaneses están pidiendo la intervención de los países de la OTAN. Qué inocentes: yo estoy segura de que ya hemos intervenido. A estas horas aquello ya debe de estar sembrado con nuestras armas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_