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CUARTOS DE FINAL DE LA COPA

Las Palmas hace historia en sarriá

Los canarios se meten en semifinales a costa de un Espanyol desangelado

Robert Álvarez

Sarriá bendijo la epopeya copera de Las Palmas. El equipo canario se vio en la estacada al encajar un gol sin previo aviso antes del descanso pero su capacidad de reacción fue tan fulminante como desangelado el juego del Espanyol. Las Palmas se ganó el derecho a estar en las semifinales y a soñar con repetir aquella final que jugó en 1978.El Espanyol y Las Palmas fumigaron todo vestigio de fútbol ofensivo. Se acogieron al rácano axioma, muy extendido, de guardar la ropa y limitarse a flotar. El equipo canario amontonó jugadores atrás sin mayores motivos que sus propios prejuicios. En ningún momento el despliegue ofensivo del Espanyol, apenas perceptible, merecía una respuesta tan miedosa y desmedida.

Miera prescindió de entrada del concurso de Cristóbal y Luis para dar cabida a Cobos y Pralija. El croata malgastó una nueva ocasión para ganarse la confianza como manija del grupo blanquiazul. Su calidad reluce pero carece de mando y de continuidad. El Espanyol echó de menos las penetraciones de Luis y todavía más la presión ofensiva de la que le dota el rumano Raducioiu que ni tan siquiera se sentó en el banquillo, posiblemente debido a que Miera prefiera reservarlo para la Liga.

La calidad de Ouédec no pasó inadvertida pero quedó tan desperdigada como las acciones ofensivas del Espanyol. Lardín desaprovechó una de ellas nada más empezar con un disparo con la derecha en un balón que no se esperaba y que envió muy alto. No hubo más acciones que poner en la balanza de los méritos ofensivos. Daba la sensación de lo que finalmente sucedió. Los dos equipos se mecían en la cueva a la espera de que el rival se, confiara y se desprotegiera un poco más de la cuenta. Le sucedió al Las Palmas. En tiempo de descuento del primer tiempo -Miguel Angel tuvo que ser sustituido tras sufrir una luxación de codo en el minuto 21-Turu Flores arrastró a casi todo el Espanyol a su área y forzó una falta. Un rebote, una salida rápida, un buen pase de Lardín a Pralija y Ouédec acabó recibiendo el balón con el que lleva soñando desde hace ya muchos partidos. Un balón de gol. Un balón que no desaprovechó. Fue un gol cuando ya se enfilaba el camino del receso y que debió pesar en el ánimo de los canarios.

Pero el Espanyol reapareció con una blandura que le valdrá una nueva bronca de Miera y concedió un empate de los que dejan en evidencia. Socorro hizo jugada por su banda y después de burlar a casi toda la defensa blanquiazul dejó en bandeja la puntilla para Turu Flores.

El Espanyol acumuló efectivos en ataque pero no mejoró su visión ofensiva. Las, Palmas no pasó apuros y dispuso incluso de mejores ocasiones para haber ganado incluso el partido pero un tiro de Samways rascó el palo y Turu Flores no acabó de dairle la extremaución a los de Sarriá. No lo necesitó el equipo de Miera.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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