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Hallado el cadáver de una mujer dentro de una caja en el centro de la capital

El cadáver desnudo de Rosa G. M., de 32 años, apareció ayer por la mañana en la calle de Bárbara de Braganza, junto al paseo de Recoletos. El cuerpo, acuchillado y con numerosas contusiones, estaba embalado en una caja junto a un contenedor. Unos obreros descubrieron el bulto a las ocho de la mañana. Pensaron que se trataba de una bomba y llamaron a la policía. La calle de Bárbara de Braganza está junto a la Audiencia Nacional, el Tribunal Superior de Justicia y el Tribunal Supremo.

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Los técnicos de desactivación de explosivos descubrieron rápidamente, con ayuda de los perros, que el paquete no contenía material explosivo alguno, sino el cuerpo sin vida de una mujer de mediana edad. La policía informó más tarde que la víctima tiene numerosos antecedentes por robo y tráfico de drogas.El macabro hallazgo se produjo a las ocho de la mañana. A esa hora empezaron a trabajar los empleados de una contrata de marmolistas encargados de la construcción de unas oficinas en el piso bajo situado en la confluencia de la calle de Bárbara de Braganza y el paseo de Recoletos.

Junto al contenedor donde los obreros depositan habitualmente los residuos de la obra hallaron una caja atada. "Era rectanguar", explicó Jesús. "Tenía unos 70 centímetros de altura". El paquete, en principio, suscitó las bromas de los trabajadores. "Menudo muerto nos han dejado", dijo uno de ellos tras intentar levantarlo sin éxito. Sin embargo, en uno de los operarios surgió la sospecha. "¿Y si es una bomba?", se preguntó.

Los obreros avisaron a uno de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía qué custodian los aledaños de la Audiencia Nacional. Entonces se desató la alarma en toda la zona. Al lugar del hallazgo acudieron los artificieros del Cuerpo Nacional de Policía. Durante unos minutos se cortó el tráfico y se desalojó la calle de Bárbara de Braganza, según indicaron varios vecinos. "Se ha armado un lío fenomenal, pero enseguida han descubierto que era un cadáver", subrayó el portero de una finca cercana.

Uno de los mandos policiales abrió la caja y descubrió el cadáver desnudo en posición fetal y envuelto en un gran plástico. "Nos hemos quedado de piedra cuando nos han dicho que era una mujer muerta ya que no olía mal ni daba la impresión de ser un cuerpo", explicó uno de los obreros. Otro de ellos comentó sobrecogido: "Al principio nos hemos tomado a broma que era un muerto, y mira, al final, lo que ha sido. Ahora que lo pienso se me pone la carne de gallina".

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A los cinco minutos se presentaron los agentes del Grupo de Homicidios de la Brigada de la Policía Judicial. El juez de guardia ordenó el levantamiento del cadáver a las nueve y media de la mañana.

Durante toda la jornada los agentes interrogaron a los empleados de la obra y a varios vecinos de la calle. Algunos acudieron a comisaría para prestar declaración. Nadie, sin embargo, oyó nada extraño durante la madrugada ni al amanecer. "En la calló no hemos notado nada anormal". Nadie vio tampoco a persona alguna depositar un paquete tan grande.

Numerosos hematomas

El cuerpo de la mujer fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, donde hoy se le practicará la autopsia. Según los primeros datos policiales, el cadáver presentaba numerosas heridas incisocontusas en la cabeza y varias cuchilladas en el cuerpo y en los brazos. Agentes del Grupo de la Policía Científica ofrecieron ayer tarde la identidad de la víctima, que vivía en Madrid, donde había sido detenida en numerosas ocasiones por los agentes del 091.

La policía sospecha que se pudo producir los hematomas de las muñecas al resistirse a una posible agresión. El homicidio se debió producir durante la madrugada del lunes o la noche del domingo, explicaron los agentes.

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