El Compostela supera en todo al Sevilla
El equipo de Bilardo ofreció una imagen vulgar en Santiago
Al Sevilla no le sirvieron esta vez los trucos de hechicero de Bilardo para puntuar en San Lázaro. El sabor del triunfo de la pasada jornada apenas ha durado dos días en los paladares de una afición que vuelve a la cruda realidad con una derrota ante un rival directo, que se aleja ya en siete puntos del Sevilla. El Compostela tuvo mucha más ambición y consiguió la tercera victoria de la temporada en su estadio con suficiencia. La batalla por evitar el descenso no ha hecho más que comenzar pero el Sevilla parte con una enorme desventaja y necesitará de algo más que de la sapiencia futbolística de Bilardo para salir del pozo. Sólo el espíritu de lucha del equipo se salvó del naufragio.El Sevilla demostró desde el principio que su objetivo era el empate, y recurrió a la vía más directa que se conoce para conseguirlo: el cerrojo puro y duro. Después de tantos años de fútbol, el pensamiento de Bilardo no va a cambiar por mucho que a algún cerebro privilegiado se le haya ocurrido que la, victoria valga ahora tres puntos y el empate sólo uno. El instinto de supervivencia del entrenador argentino le dice que un empate fuera de casa siempre es válido, aunque la situación en la tabla sea tan peliaguda como la de- su equipo. Lo qué no se le puede negar a Bilardo es el espíritu que insufla a sus jugadores. Si alguna vez hubo alguna duda sobre la entrega de éstos ya ha quedado disipada. Hasta Prosinecki se esforzó en presionar la salida del balón en el campo contrario, algo inconcebible hasta ahora.
Al contrario que al Sevilla al Compostela no le valía el empate y lo demostró desde el principio. Fernando Vázquez, puso en liza un equipo muy ofensivo con tres delanteros teóricos, aunque Manuel jugaba algo más retrasado de lo habitual. La apuesta era arriesgada pero resultó y el equipo jugó uno de sus mejores partidos de la temporada. El Compostelano tardó en crear varias situaciones de gol. El premio llegó al filo del descanso cuando Penev culminó una jugada que nació con un robo de balón en medio campo.
A partir de ese momento el libreto inicial del Sevilla quedaba agotado, pero el planteamiento de Bilardo no cambió. Su equipo siguió jugando igual a la espera de una genialidad de alguno de sus mejores hombres que le permitiese alcanzar el empate.
Con la ventaja en el marcador el Compos pudo jugar entonces como más le gusta y no tardó en decidir el partido con un nuevo tanto de Penev. El Sevilla tuvo aún la opción de meterse en el encuentro pero José Mari no supo aprovechar un error garrafal del portero Rafa y evitó así un final agónico a la afición.
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